Cristian González*

Las ollas de la dignidad: “De la inoperancia de este régimen no se puede esperar mucho .

Menos, soluciones” .

“La dictadura era una pandemia peor: mataba, disparaba. En esta pandemia, si yo me cuido, me salvo”, murmura Enriqueta Leyton, vecina de Villa Francia, un barrio pobre de la comuna santiaguina de Estación Central con una larga historia de resistencia a Pinochet. Con 78 años, esta mujer revuelve una cacerola gigante en el centro comunitario Obispo Alvear. Aquí se inaugura una nueva olla común para la villa, que repartirá almuerzos todos los sábados. A la 1 de la tarde esperan la llegada de los vecinos y vecinas. Aún falta media hora .

Enriqueta prepara charquicán, un enjundioso plato chileno con carne, papas, arvejas y otras verduras. Para ella esta acción solidaria no es algo nuevo: en los años ochenta participó en una olla común que se levantó en Cristo Liberador, una comunidad cristiana ligada a Mariano Puga, emblemático cura obrero, recientemente fallecido, que jugó un papel preponderante en la defensa de los DDHH durante la dictadura. “Esa olla era más clandestina”, agrega Enriqueta, mientras fija sus ojos en el fogón .

Casi cuatro décadas después, Enriqueta vuelve a tomar un cucharón de palo para ayudar a combatir el desempleo y el hambre en su población. Ahora, sin embargo, cubre su nariz y boca con una mascarilla para evitar un posible contagio por covid-19. Quienes coordinan la instancia circulan por el estrecho espacio con overoles de plástico y escudos faciales. Pero en la cocina es difícil cumplir el distanciamiento social recomendado .

En la puerta de ingreso, mientras, las organizadoras asignan un número a cada vecina .

Llegan con bolsas de género reutilizables, ollas y otros recipientes. Aparece también una señora en silla de ruedas. El menú incluye plátanos, ensalada surtida y pan. Mientras la gente recibe sus almuerzos, otro grupo de voluntarios se dirige a los hogares de aquellas familias cuyos integrantes tienen movilidad reducida o son portadores del coronavirus. Sin contar las entregas a domicilio, se repartieron 129 raciones en la sede comunitaria .

“Me he cuidado harto de la pandemia. Por suerte tengo con qué sostenerme en mi casa: trabaja mi nieta y su marido, y yo tengo mi jubilación .

Pero acá vengo por un tema de solidaridad y compañerismo”, asegura Enriqueta.[… ] .

La olla: único mecanismo .

“Sin duda, la olla común no sería necesaria si en Chile hubiera un Estado distinto. Como acción solidaria y colectiva es irreemplazable, pero no tendríamos esta urgencia de las ollas comunes como casi el único mecanismo para que los hogares puedan alimentarse”, añade .

Según él, tanto la entrega anunciada por el gobierno de 2,5 millones de cajas de mercadería a la población más vulnerada como el ingreso familiar de emergencia en apoyo a los trabajadores informales son “medidas ciegas” que, además de no cumplirse, no apuntan a una solución estructural .

A cambio, el economista plantea la necesidad de establecer en un brevísimo plazo “una renta básica de emergencia de sustitución de ingresos. No pueden ser bonos. Debe cumplir un principio de universalidad, ya que los criterios de focalización no servirán: los hogares afectados son casi todos, y las herramientas del Estado para focalizar retardarán la entrega de esos ingresos” y fomentarán la corrupción y el favoritismo. “Llegarán a destiempo y la crisis se agravará” .

Otro principio fundamental,es el de la suficiencia: “No pueden ser montos testimoniales, ya que esta es una crisis inédita. El Estado debe respetar sus propias métricas, por lo que ningún ingreso puede estar por debajo de la línea de la pobreza” .

A mediano plazo, una de las propuestas de Kremerman comulga con el proyecto de ley presentado por algunos diputados y diputadas de la oposición, que busca fijar un impuesto a los “súper ricos” del país. De esta manera, piensa el experto, se puede obtener mayor recaudación fiscal y evitar que “la crisis la paguen los mismos de siempre: la clase trabajadora” .

Intercambio entre ellas .

En Herminda de la Victoria, una villa miseria nacida de una toma de terrenos en 1967, también se organizaron de forma autónoma. Y tal como lo dicta la historia, las mujeres llevan la batuta de la olla común. “De la inoperancia de este gobierno no se puede esperar mucho. Menos, soluciones”, dice Gema Ortega, dirigenta de la junta de vecinos número 13 de esta población, ubicada actualmente en la comuna santiaguina de Cerro Navia .

A pesar de ser diabética y pertenecer a un grupo de riesgo por el covid-19, Gema va dos veces a la semana a una feria libre, junto con otras vecinas, a recolectar alimentos para la olla común. Instalan un carrito típico de supermercado con una bandera chilena. Ahí llegan aportes de los pobladores y de los mismos feriantes. “Estoy metida ahí, tengo tres hijos y saco fuerzas de donde no tengo. No me puedo quedar en mi casa sabiendo que mi vecina no tiene”, dice Ortega, de 49 años .

La modalidad es compartir lo que les sobra y recibir lo que les falta, en coordinación con otras comunas de poblaciones aledañas como Digna Rosa y Yugoslavia. “Si por acá tenemos harto zapallo, ellas lo vienen a buscar. Acá no se trata de ver cuál es la mejor olla común”, precisa Gema sobre el espíritu que rige el intercambio .

Hasta la semana pasada, las vecinas entregaban almuerzos en la misma sede comunitaria. Pero, debido al alza de contagios por covid-19, a partir de esta semana resolvieron hacer sólo reparto a domicilio: los lunes y viernes llevan almuerzos a los hogares, y los viernes, pan amasado y sopaipillas (tortas fritas). La dirigenta recuerda que “al principio llegaba gente con mucha vergüenza a retirar su platito de comida. Otros ni siquiera se acercaban a la sede por el mismo motivo” .

Como sea, para ella es primordial frenar el aprovechamiento político de las autoridades de turno. Lo dice porque el martes 9 se filtró un documento oficial de la Intendencia de la región de Ñuble, al sur del país, titulado “Protocolo de difusión”, relativo a la entrega de la mercadería prometida por el gobierno .

En el manual recomiendan grabar imágenes de “funcionarios bajando cajas y entregándoselas a las familias”, además de “siempre valorar al presidente Sebastián Piñera” en las publicaciones en redes sociales. Eso sí, es enfático en “cuidar de no escribir” que el mandatario entrega las cajas, porque “la Contraloría está observando con atención” todos los textos que emanen de los canales oficiales .

Por lo mismo, concluye Gema Ortega, “a la única persona que le tenemos que agradecer es al poblador común y corriente que se saca el pan de la boca para ayudar al otro. A ese hay que felicitar y darle las gracias” .

*Fragmentos: Fuente Brecha y La Haine .

Fernando Buen Abad Domínguez (Fragmento)

Aunque algunos se esmeran en reducir la pandemia de falsedades (Fake News) al solo campo de los expertos en lo “comunicacional”, para que pontifiquen diagnósticos y pronósticos, la dimensión del problema ha escalado latitudes de gravedad inusitada. ¿Están haciéndonos adictos a lo falso? Informarse es un derecho transversal a múltiples derechos y responsabilidades. Incluye a la educación, a la democracia, a la justicia… a la política. La información y su relación con la verdad no pueden ser marionetas del circo mercantil mediático, servil a la manipulación ideológica de algunos gobiernos y empresarios oligarcas. Es inaceptable, sy cada caso de falacias mediáticas constituye una agresión a la realidad, a sus protagonistas y a la historia de los pueblos. Al modo de conocer y al modo de enunciar la realidad .

Nada menos .

En la praxis está la clave. Verdades o mentiras no deben presentarse como “opciones” antojadizas que se ofrecen en el “menú” cotidiano de las conveniencias manipuladoras. Eso es una obscenidad. Aunque la moral burguesa tenga, para sí, un repertorio amplio de justificaciones a la hora de mentirnos. “El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento .

El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico”. Marx .

Los comerciantes de falsedades pasan horas disponiendo qué estrategia del desfalco cognitivo es más funcional a sus intereses sin tener que someter sus Fake a la prueba de los hechos. Eso convierte al “consumidor de falacias en un glotón de embutes disfuncional y sofisticado .

Mientras tanto, la producción de mentiras genera relaciones de producción que, para sostenerse, requiere de extinguir la verdad objetiva .

Fragmentos de la entrevista de La Vaca al epidemiólogo ecuatoriano Jaime Brehil

¿Cómo construimos un nuevo paradigma de salud?

Lo más grave, cuando se aplane la curva, cuando pase la pandemia, sería que volvamos a la normalidad. No podemos volver a la desigualdad social, de profundas contradicciones, de zonas de miseria comparadas con zonas de riqueza, algo que no solo pasa en Latinoamérica sino en el mundo. Tenemos que ir a un futuro donde no siga creciendo exponencialmente la concentración del capital en unos pocos, en un 5% de la población, mientras se excluye y se crean condiciones paupérrimas para la gran mayoría. Tenemos que cambiar el sistema social que se ha acostumbrado a acelerar sus ganancias utilizando modos de emplear, de tratar a la naturaleza, como lo hace el extractivismo por ejemplo, destruyendo los ecosistemas y generando los problemas como son el cambio climático y estas pandemias, nada más como ejemplos. Tenemos que ir a un sistema social que respete la naturaleza a una sociedad que reavive principios éticos y constitucionales que establecen la prioridad de la vida sobre la economía. Y a un sistema de salud basado en un profundo rediseño participativo y con un nuevo paradigma. El actual posee condiciones limitantes por una lógica privatizadora que ha disminuido las condiciones de equipamiento y salariales para el personal de salud. Nos llenamos la boca diciendo ahí están los héroes que han salvado vidas, pues esos héroes mundiales trabajan muchas veces sin los implementos necesarios de protección, con algoritmos atrasados con protocolos hospitalocéntricos.

Tenemos que establecer sistemas de protección universales. No puede depender ni la seguridad, el tratamiento, el derecho a la salud no puede depender del bolsillo. Tenemos que ir a un sistema de equidad público. Una profunda lección que debe dejarnos esta situación es que no podemos seguir con un rezago de información que se conforme con datos de salud de un mes antes o un año antes. No es posible que no contemos con información que permita hacer una evaluación en tiempo real. Toda la casuística hospitalaria, tanto pública como privada, no tiene variables cardinales de geoposicionamiento social para entender de dónde viene y en que circunstancia social se producen las patologías que se registran. Hay que cambiar la obsoleta vigilancia epidemiológica que es una vigilancia vertical, de una inteligencia estatal vertical, de arriba hacia la comunidad, no participativa por un monitoreo crítico, participativo, en donde haya un acuerdo, una organicidad en la relación de las comunidades, sectores de la inteligencia comunitaria de salud articulándose a sectores técnicos de los sistemas públicos, de la academia, para poder planificar no solo las acciones curativas sino las acciones preventivas de largo plazo.

¿Se pueden prever así nuevas pandemias?

Las pandemias del futuro serán peores. Si no cambiamos esta sociedad, los modos de vivir, esta determinación social patogénica de la agricultura, de la minería, del extractivismo, incluido el cibernético, vamos a tener un empeoramiento de los problemas. Unas veces escandalosamente visibles, generadores de pánico; otras veces, asesinos ocultos, monstruos epidemiológicos que van matando sin que la gente se escandalice pero que van matando en tasas y volúmenes mayores a los que ahora vemos con esta pandemia. El haber llegado al punto en el que el estado de excepción, el Estado de sitio, el toque de queda, es la única manera de parar este engranaje destructivo es una derrota de la sociedad y de los sistemas de protección social.(…)

Mucha gente pide o quiere volver a la normalidad. Espero que no volvamos a esa normalidad porque es patógena, epidemiológicamente peligrosa e injusta. Tomemos esta crisis como una oportunidad para ir hacia un nuevo modelo de la salud, una nueva visión de la economía y a una nueva visión de la protección de la vida de nuestras sociedades.

 

Tatuy Tevecomunistaria

 

Extracto del Editorial en www.tatuytv.org

Los primeros días de mayo fueron palco de un nuevo intento de golpe de Estado en Venezuela. Una operación paramilitar organizada por el ex-soldado de las fuerzas especiales de EEUU Jordan Goudreau y el ex-Mayor General Cliver Alcalá pretendía tomar objetivos estratégicos y detener al Presidente Maduro. Un grupo de 60 hombres, incluyendo dos mercenarios norteamericanos, salió de Colombia en lanchas pero fue rápidamente neutralizado en suelo venezolano.

La operación desató una ola de acusaciones y contra-acusaciones, para determinar quién estuvo involucrado, quién estaba informado, y qué conexiones tenían Goudreau y Alcalá.

El gobierno de EEUU ha declarado repetidamente su deseo de derrocar el gobierno venezolano, incluso con una intervención militar. Las agresiones contra el pueblo venezolano, en la esfera económica, se han vuelto más brutales. ¿Pero cuán involucrada estuvo la administración Trump en la “Operación Gedeón”?

Sin embargo, los escasos medios materiales y humanos de la operación no parecen indicar la presencia sustancial de alguna agencia estadounidense. No es difícil asumir que, confrontados con una operación con muy pocas posibilidades de éxito, el Departamento de Estado y la CIA hayan optado por no arriesgar recursos y credibilidad. Si con el objetivo de presionar a Venezuela, Trump anunció una movilización masiva de tropas en el Caribe como una supuesta “operación anti-droga”, y esa misión fue calificada como uno de los más grandes en la región desde la invasión de Panamá en 1989, entonces no era de esperarse, con esos navíos y hombres tan cerca, que EEUU intentara un golpe con pocas probabilidades de éxito como la Operación Gedeón.

Pero las declaraciones de Trump y Pompeo, alegando ignorancia, son mucho menos creíbles. Wall Street Journal reveló que la CIA estaría al tanto de los planes, ya que Alcalá los difundía ampliamente. Y si el gobierno venezolano estaba informado sobre la operación, es razonable asumir que las agencias norteamericanas también estarían.

Al contrario de Trump o Pompeo, los desmentidos de Guaidó sobre la Operación Gedeón son muy poco plausibles. Guaidó trató de saltar entre una y otra postura incoherente. Hasta que decidió echar la culpa aguas abajo y proclamar que no tenía relación alguna con la operación o con Jordan Goudreau. Supuestamente habrían sido sus asesores JJ Rendón y Sergio Vergara quienes avanzaron con los planes, contrariando sus órdenes, pues le preocupaba la “legalidad” de una operación como ésta. Pero los hechos juegan en su contra, primero porque Rendón y Vegara le reportan directamente a él. Segundo, Rendón admitió haber sido nombrado para explorar proyectos de cambio de régimen. Tercero, la firma de Guaidó aparece en un contrato de la oposición con Silvercorp, y nadie ha sido acusado de forjar la firma de un “presidente”. Y un vídeo filtrado por Goudreau muestra una teleconferencia con Guaidó y Vergara justo antes de firmar el contrato, y no se ha denunciado como un montaje. 

Denuncias y gestos de buena voluntad

La respuesta ante los intentos de golpe en Venezuela, tanto a nivel de inteligencia como de defensa, ha sido envidiable. Peronen lo que toca a la política exterior, tras una agresión imperialista permanente en que la principal arma son las sanciones, el gobierno bolivariano ha hecho de la denuncia su principal arma.

Aunque sea importante, la denuncia por si sola tiene una eficacia limitada. Apelar a un “derecho internacional” que en la práctica no existe, y nunca ha existido: soo en el período de existencia de las Naciones Unidas desde la Segunda Guerra Mundial, todos los crímenes cometidos por actores poderosos en el plano internacional han quedado impunes. La “justicia” solo funciona si hay mecanismos para implementarla. EEUU no va a cambiar de rumbo porque sus dirigentes se den cuenta que su accionar es incorrecto. Tampoco lo va a hacer por acción de algún mecanismo supranacional, ese mecanismo no existe. La entrega de “quejas” en la Corte Penal Internacional (CPI) es otro ejercicio cuestionable, ya que EEUU no reconoce la jurisdicción del tribunal.El otro componente de la política exterior venezolana ha sido ofrecer concesiones como gestos de buena voluntad. L a p r e m i s a (dudosa) es que gestos de buena voluntad serán reciprocados, pero la realidad demuestra que la agresión ha recrudecido en los últimos tiempos.

La “Operación Gedeón” fue una derrota para la oposición venezolana en varios planos. Por su lado, EEUU sigue sonando los tambores de guerra. El contexto de agresión abierta incesante promueve otras aventuras similares. Y con elecciones presidenciales en el horizonte y el importante Estado de la Florida en disputa, Venezuela no saldrá de la agenda.

Al imperialismo ni un tantico así”, dijo el Che Guevara. Denuncias y gestos de buena voluntad no serán suficientes para derrotar el imperialismo. Se trata de un sistema, la “fase superior” del capitalismo, que no depende de la voluntad de los líderes de turno ni menos se somete al “derecho internacional”. Con recursos naturales en juego y el proyecto socialista de Chávez considerado imperdonable, los ataques no van a cesar.

Hay que pensar y debatir qué estrategia ofrece las mejores condiciones para resistir. Las concesiones al capital extranjero fueron nuevas sanciones. A las denuncias y gestos de buena voluntad, nuevas agresiones. A los perdones a la oposición, más intentos golpistas. Es la profundización del socialismo, fortaleciendo la organización popular, lo que permitirá que sobreviva el proyecto y que el pueblo lo defienda.

Mario Hernández/ Rebelión

 

Entrevista a Cecilia del FOL (Frente de Organizaciones en Lucha)

M.H.: Ayer dieron a conocer una carta Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas relacionada con la situación de la Villa 31. Acompañada con centenares de firmas de otras personalidades. ¿Ha cambiado algo a partir de esta denuncia?

C.: Nosotros estuvimos hoy en el barrio, se hizo un gran operativo del ministerio de Salud de la Ciudad con testeos a contactos estrechos. La situación que denuncian Norita, Pérez Esquivel y todas las organizaciones es estructural y la venimos denunciando hace años por las condiciones del barrio, los negociados que hay con la vivienda, los proyectos de urbanización a medio hacer y pensados para la rentabilidad económica del barrio y no para la población del barrio, no para los vecinos que viven ahí.

Hay una preocupación real que es la urbanización del barrio. Las condiciones siguen iguales, eso es estructural y es lo que vemos de una ciudad donde cada vez más la clase trabajadora es expulsada y queda viviendo en asentamientos, villas, en las condiciones que ahí declaran.

Lo de la 31 ahora es donde explotó por el Coronavirus pero Bajo Flores está en las mismas condiciones. La empresa de agua Aysa estuvo reunida con el gobierno y va a intervenir, pero la realidad es que somos las organizaciones sociales y los y las vecinos quienes estamos garantizando el aislamiento y los cuidados y que venimos desde el día uno preocupados para que esto no explote.

M.H.: Sigue la situación de la falta de agua.

C.: Hay zonas que tienen agua y zonas que no y estamos preocupados porque con el frío empiezan los cortes de luz. Es un barrio muy grande y hay sectores que como estuvieron en obra estuvieron sin agua. Sigue sin resolverse.

Hoy se realizó un operativo de test a aquellas personas que tuvieron contacto estrecho con los que se conocen como positivos, que es algo en lo que veníamos insistiendo desde el día en que tuvimos a una compañera nuestra, responsable del comedor que dio positivo, que los protocolos que hay están pensados para una familia de clase media que puede llevar adelante el aislamiento y que puede esperar bajo un techo seguro, con agua y alimentos. Eso no pasa en los barrios. Con la fuerza de todas las organizaciones, lo que pasó mediáticamente y lamentablemente con el aumento de contagios y la muerte de una vecina, hizo que el ministerio de Salud se presente en el barrio y se hagan testeos a muchos y muchas vecinas y esperamos los resultados.

M.H.: ¿Cómo está la alimentación?

C.: Hay mucha pobreza, todavía la asistencia alimentaria masiva para aquellas personas que no reciben alimento de un comedor o que son adultos mayores y que necesitan que se los asista en sus casas falta. Estamos en proceso de relevamiento y aun no está organizado de parte del gobierno de la Ciudad, está en proyecto pero hasta hoy no se organizó ni una entrega de mercadería por fuera de los comedores. Los comedores tienen a las compañeras en la primera línea trabajando, exponiéndose para garantizar la alimentación de las familias. Son comedores no reconocidos, las compañeras lo hacen de pura solidaridad.

M.H.: La ausencia del Estado es prácticamente total.

C.: Hay mucha obra, pero estas viviendas, no están habitadas. Hay un Banco, un Mc’Donalds, hay una apertura de una calle de un paseo muy linda, está el ministerio de Educación. Es presencia superficial.

Yo trabajo en la parte de salud de mi organización y haciendo un relevamiento de lo que se conocen como “unidades febriles”, que es a donde uno se acerca para comenzar el circuito del protocolo por el Covid19, nos damos cuenta de que en la 31 de 4 salitas de salud que hay una sola tiene unidad febril. Cuando en Barracas o en Bajo Flores todas las salitas tienen unidades febriles. Que es por la lucha de los y las vecinas y los trabajadores de la salud. Entonces, cómo no va a explotar si cuando le sube la fiebre a un vecino tiene un solo lugar disponible a dónde dirigirse.

Sí es muy poca la presencia. Hoy hicimos una posta de salud en nuestro local y hubo muy buena predisposición de los y las trabajadoras de la salud que vinieron y el ministerio nos permitió hacer eso y vimos una vocación de trabajo de salir a patear el barrio y a preguntarle a la gente las condiciones en las que está y al menos con el tema del Covid19 tener otra actitud. En los barrios es muy difícil aislarse y mantener la cuarentena, más allá de las condiciones de vivienda y de compartir los espacios, por el hecho de la falta de agua. Hoy se planteó que para las personas que necesiten aislarse va a haber hoteles disponibles fuera del barrio con condiciones dignas, como deberían tener en su vivienda.

Está bueno que estemos mirando la Villa 31, pero hay más barrios con la misma problemática y es importante que nos preocupemos por todos los vecinos de la Ciudad. Que haya un protocolo popular.

 

Álvaro Villarraga Sarmiento/ Prensa Rural

El gobierno Duque mantiene una actitud hostil que ha llegado a insinuar hasta posible rompimiento de relaciones con Cuba, con motivo de los buenos oficios, el ser garante y anfitrión del proceso de paz y con la mesa de paz que estaba vigente con el ELN al asumir su mandato. En violación al derecho internacional Duque pretende desconocer el protocolo vigente suscrito con un grupo de países, incluida Cuba, sobre el procedimiento en caso de ruptura de las conversaciones, impidiendo su aplicación, y en violación al derecho humanitario pretende la criminalización, captura y extradición de la delegación del ELN en la mesa de conversación, violando su derecho a la inmunidad que le asiste.

 

Esta situación ha sido removida en estos días por el presidente Trump de EEUU, en sus acciones desesperadas ante la pérdida de apoyo interno de cara a las elecciones presidenciales de este año, de forma que dio apoyo a la posición del gobierno colombiano, para su ataque contra Cuba, en busca de votos de la extrema derecha y vertientes del viejo anticomunismo de ese país. Cuba al igual que Noruega, se han expresado con acierto y dignidad, a tono con lo dispuesto por el derecho internacional y sus posiciones de solidaridad y apoyo al proceso de paz en Colombia.

 

El Embajador de Noruega en Colombia John Peter Opdahl declaró: “Nuestra posición es la misma que ha sido desde el principio, siendo cofirmante junto con varios otros países firmantes de este protocolo que se hizo entre dos partes, asegurando el retorno seguro en caso de ruptura de las negociaciones, tenemos que honrarlo” .

 

En esta compleja situación, es preciso reafirmar como conveniente, posible y el ser la única salida constructiva, la solución política concertada entre el Estado y el ELN para conseguir un acuerdo final de paz. La experiencia colombiana e internacional demuestran que los acuerdos de paz suscritos entre Estados e insurgencias políticas internas, conllevan compromisos hacia la democratización, la inclusión, la atención en derechos y el beneficio de las poblaciones. Se demuestra que las soluciones de fuerza, la prolongación de la guerra y la búsqueda de soluciones militares, son su antinomia: autoritarismo, victimización y negación de las posibilidades de derechos de las poblaciones.

 

El ELN ya llegó a concertar con el pasado gobierno una agenda para la paz y avanzaron en varios de sus contenidos, a contar con la participación de la sociedad en ellos como premisa y a priorizar los temas del cese al fuego y los compromisos humanitarios. El gobierno Duque no debería estar por debajo de las demandas históricas, que le exigen revisar su política y ofrecer alternativas válidas para recuperar y culminar esta posibilidad de paz, que configuraría la posibilidad final y definitiva del logro de la paz completa con las insurgencias en Colombia.

 

REVISTA SUR ( Extracto de la conclusión del artículo del msmo Título)

 

Por Renán Vega Cantor

Algunos economistas, ingenieros y científicos han diseñado ciertas curvas y representaciones gráficas que, con el tiempo, han adquirido celebridad. Entre algunas de esas curvas, y las menciono porque particularmente me parecen muy útiles en un esfuerzo de rebasar la ortodoxia económica, se destacan las ondas Kondratiev (formulada en la década de 1920 por el economista ruso Nicolai Kondratiev para estudiar los ciclos largos de la economía capitalista), y las curvas de Hubbert (del geofísico King Hubbert, quien la formuló originariamente en 1956 y determina el cenit o pico del petróleo) y la menos conocida de Olduvai (del ingeniero Richard Duncan, formulada en 1996 con ese nombre, el de la cueva de Tanzania donde se han descubierto algunos de los primeros fósiles humanos, y que proyecta la duración de la civilización industrial a partir del consumo de energía y la producción de electricidad).

Todas estas curvas son cosa de principiantes y de aficionados, frente al fabuloso descubrimiento y aporte no tanto teórico, sino sobre todo práctico que se está haciendo en estos momentos en los Estados Unidos, para desgracia de la humanidad. En efecto, Trump ha inventado una nueva curva, que de seguro va a causar furor entre los economistas y lo hará acreedor a un premio Nobel. Pero a diferencia de las otras curvas de famosos economistas la que se acaba de inventar en los Estados Unidos no es una suposición teórica, una hipótesis o resultado de un elegante modelo matemático, sino que es la representación de lo que está sucediendo en la realidad de los Estados Unidos, con respecto a la forma como evoluciona macabramente el coronavirus. A esa curva la podemos llamar la Curva de la Muerte, cuya representación es elocuente, mirando el crecimiento exponencial de la cantidad de personas infectadas con coronavirus:

Y si el asunto se mira desde el punto de vista de los muertos y no solo de los contagiados, el aporte estadounidense es indiscutible, si se tiene en cuenta que el primer caso de coronavirus que se reconoció en Estados Unidos fue el 21 de enero y al otro día, Trump en persona, señaló que no había ningún problema, que todo estaba bajo control. Tan efectivo ha sido el control (será por aquello del Modo Americano de Muerte) que el 18 de abril (al escribir estas líneas), la suma de muertos llegaba a la cifra de 38 mil, y cada minuto está muriendo una persona. Es decir, el crecimiento de cero (0) muertos a 57 mil en 100 días* puede considerarse como una innegable contribución estadounidense a un nuevo genocidio, con la novedad que no se está matando a seres humanos de otros países, sino a los propios ciudadanos de los Estados Unidos, en forma privilegiada a los negros y a los de origen latino.

Como sucede con los grandes aportes a la historia universal de la infamia, la curva no es de cosecha exclusiva de los Estados Unidos, puesto que tuvo antecedentes inmediatos en la Unión Europea, donde han descollado Italia, España e Inglaterra. En todos esos casos sobresale el crecimiento exponencial del número de infectados y de muertos que ha producido el Covid-19, desde que se originó en China a fines del 2019. Pero, como en todas las desgracias de la humanidad, el aporte estadounidense es relevante e indiscutible, y en lo relacionado con la difusión de la infección y la muerte por parte de los Estados Unidos su contribución no tiene ningún competidor, como se aprecia en la curva comparativa, que pese a desactualizarse cada día si indica la tendencia dominante, esto es el triunfo indiscutible de la muerte con el indiscutible sello estadounidense.

*Al 28 de abril Estados Unidos es el país con mayor número de muertos (57 mil 533) y un millón 3 mil 328 infectados, según el último balance de la Universidad Johns Hopkins.