Por Au Loong- Yu | 24/12/2020.

La fusión del Estado con los sectores dominantes de la economía ha alcanzado niveles sin precedentes. La consecuencia de esto es una gran desigualdad en el ingreso, lo que hace que China tenga un mercado doméstico muy estrecho en relación con sus capacidades productivas. Por lo tanto, debe primero inundar todo el mundo con sus mercancías, y luego exportar capital.

Canción y música de Los Prisioneros.




Es otra noche más de caminar.

Es otro fin de mes sin novedad.
 
Tus amigos se quedaron igual que tú.

Este año se les acabaron.

los juegos, los doce juegos.


Únanse al baile de los que sobran.

Nadie nos va a echar de más.

Nadie nos quiso ayudar de verdad.

Nos dijeron cuando chicos,

jueguen a estudiar,

los hombres son hermanos.

y juntos deben trabajar.


Oías los consejos, los ojos en el profesor.
 
había tanto sol sobre las cabezas.

Y no fue tan verdad porque esos juegos al final.

terminaron para otro laureles y futuros.

y dejaron a mis amigos pateando piedras.


Coro: Únanse al baile.

de los que sobran.

Nadie nos va a echar de más.

Nadie nos quiso ayudar de verdad.

¡Ey!, conozco los cuentos.

sobre el futuro.

¡Ey!, el tiempo en que los aprendí.

fue más seguro.

Y bajo los zapatos barro más cemento.

El futuro no es ninguno.

de los prometidos en los doce juegos.


A otros les enseñaron (oh-oh-oh).

secretos que a tí no.

A otros dieron de verdad (oh-oh-oh).

esa cosa llamada “educación”.

Ellos pedían esfuerzo, (oh-oh-oh)

ellos pedían dedicación. (oh-oh-oh)

¿Y para qué? (oh-oh-oh)

¡Para terminar bailando y pateando piedras!.


Únanse al baile (oh-oh-oh).

de los que sobran (oh-oh-oh).

Nadie nos va a echar de más. (oh-oh-oh).

Nadienos quiso ayudar de verdad. (oh-oh-oh).

¡Ey!, conozco los cuentos sobre el futuro).

¡Ey!, el tiempo en que los aprendí.

fue más seguro.

Únete al baile,de los que sobran,



Canto de gran popularidad de la rebelde.

juventud chilena.

 

Por. Telma Iris Pérez en especial para Radio Temblor Internacional.

Guatemala se autoconvocó para salir a las calles en rechazo al presupuesto 2021 decreto 33-2020 que aprobó el Congreso de la República de Guatemala de urgencia nacional el día 18 por la madrugada de noviembre de 2020. Un presupuesto que tiene intereses del mismo gobierno y sus aliados de 115 diputados en el congreso, en donde se han aprovechado de la pandemia y huracanes Eta y Lota que afectaron directamente a la gente más empobrecida de este país.

La sociedad Guatemalteca se ha indignado por un presupuesto que le ha quitado más de 200 millones a la niñez que vive en extrema pobreza, de igual manera le han quitado 20 millones a la Procuraduría de Derechos Humanos-PDH, el presupuesto aprobado por diputados evidencia nuevamente la corrupción en Guatemala.

La cultura guatemalteca es variada, su amplia cultura autóctona es producto de la cultura maya y la cultura castellana durante la época colonial; es el país más poblado de América Central, con 16, 301, 286 de habitantes según censo realizado en el año 2018. Su presidente es Alejandro Eduardo Giammattei Falla, cuyo período de gestión gubernamental es 2020-2024. Rechaza el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, está a favor de la pena de muerte y el uso militar en la seguridad ciudadana y ahora intenta imponer nuevamente medidas de recorte a los programas sociales. Es considerado conservador y de derecha.

A pesar de los huracanes y la pandemia, miles de personas se han movilizado para llegar a las plazas para manifestarse en rechazo el presupuesto y a pedir la renuncia del Gobierno de Guatemala. Además, exigir que se vete el decreto 33-2020.

Sin embargo, el gobierno de Guatemala ha respondido contra las manifestaciones bajo un régimen dictatorial y represivo, utilizando bombas lacrimógenas, armas para desalojar las manifestaciones pacíficas, así como hacer aparecer como actos de violencia la quema de parte del edificio del Congreso nacional. La acción represiva ha traído decenas de detenidos y heridos debido a los golpes de la policía y antimotines.

Las organizaciones sociales y ciudadanos han mantenido las protesta para exigir la libertad de las personas capturadas, simplemente por ejercer legítimamente el derecho a manifestar pacíficamente, así mismo compañeros y compañeras periodistas fueron golpeados al transmitir los acontecimientos. El gobierno represor de Alejandro Giammattei atentó contra la libertad de expresión y ejercicio del periodismo. Comunicadores populares están bajo amparo de acuerdos y normas internacionales para realizar su oficio. Pero fueron brutalmente reprimidos.

A última hora del domingo 22 de noviembre, Allan Rodríguez presidente del Congreso de Guatemala expresó que se decide suspender el envío del decreto 33-2020. Y dice que se abre un diálogo para recibir objeciones.

Pero el pueblo de Guatemala sigue auto-convocándose para seguir de modo permanente en las manifestaciones pacíficas en decenas de puntos de Guatemala y exigiendo las renuncias del presidente de Guatemala Alejandro Giammattei y su gabinete de gobierno.

 

 

Entrevista al historiador Enzo Traverso x Martin Mosquera y Nicolás Allen.
Asistimos a estallidos sociales de una escala con pocos precedentes: Chile, Ecuador, Puerto Rico, Francia, Argelia, Hong Kong y otros países. Sin embargo hay un gran desfase entre estas explosiones sociales y los elementos de recomposición política. ¿Cómo ve la relación entre las nuevas movilizaciones y la situación de crisis de alternativa que describe en su libro Melancolía de izquierda?.

Estos movimientos me reconfortan y pienso que son las premisas para hacer el trabajo de duelo del cual hablo en el libro. Es un trabajo de elaboración de la memoria de las derrotas de las revoluciones del siglo XX; es un duelo que, para ser fructífero, debe ser hecho por los movimientos sociales. Y tienen que hacerlo en el marco de su acción. De otra manera, no se diferencia del duelo que hace mi generación: un duelo individual. Esa no sería una reelaboración capaz de conectarse con la búsqueda de nuevas utopías y nuevas formas políticas. Sería una melancolía perfectamente estéril, cuya premisa sería la constatación de una derrota final. Para que este duelo sea fructífero hay que arraigarlo en las luchas del presente.
Yo espero que estos nuevos movimientos sociales tengan la capacidad de hacerlo, porque no creo en la posibilidad de construir una nueva 1zquierda ra el siglo XXI sin la memoria del pasado ' y sus derrotas. Esas derrotas fueron tan pesadas que existe la tentación de suprimirlas, en el sentido psicoanalítico de “hacer como sino hubieran existido”. ES Puede que en las nuevas generaciones no pese esa memoria, porque no les fue transmitida esa cultura. Pero rápidamente se enfrentarán a muchos == problemas: el conocimiento del pasado me parece necesario. No me refiero al discurso clásico que consiste en decir historia magistra vitae: “yo conozco la historia y entonces yo estoy preparado para enfrentar el futuro”. Es un discurso muy ingenuo y falso. No es suficiente conocer el pasado para no repetir sus errores. Pero la ¡enorancia tampoco es la solución. El problema es cómo elaborar el pasado, que no es lo mismo que conocerlo.
Actualmente usted escribe una historia intelectual sobre el concepto de revolución. A modo de conclusión, ¿puede comentar algo acerca de qué lo llevó a escribir sobre este concepto crucial de la tradición de izquierda?.
Es una tentativa de interpretación y comprensión del siglo XX. He escrito libros sobre la guerra civil europea, la violencia nazi, la memoria del Holocausto, el exilio y el totalitarismo. Y después pasé a trabajar sobre el otro pilar del siglo XX: las revoluciones. El siglo XX no fue solamente un siglo de guerra y de genocidios, sino también de revoluciones. Entonces para comprender el siglo XX hay que encajar los eventos. Es un ensayo que intenta contribuir a la comprensión de lo que fueron las revoluciones. Y eso solo es posible porque tenemos la consciencia de que un ciclo se acabó.
Mi idea es que habrá revoluciones en el siglo XXI. De hecho, ya hubo: las revoluciones árabes, como una ola de revoluciones permanentes, que sugieren que será un ciclo de revoluciones. Los movimientos sociales de estos últimos meses indican que la revolución es una opción posible para el mundo en el cual vivimos, pero esas revoluciones serán profundamente diferentes de las revoluciones del siglo XIX y XX. Serán diferentes de las revoluciones clásicas, que van desde la revolución francesa y el ciclo de las revoluciones atlánticas (Norteamérica, Francia, Haiti) hasta la Revolución Sandinista en 1979, que fue la última revolución en el sentido clásico de la palabra. Ese ciclo se acabó, y las revoluciones nuevas, del siglo XXL serán diferentes. Un nuevo modelo de revolución —una búsqueda de nuevas formas de vida, de participación y deliberación colectiva, de organización, de debate, de autogestión— surgirá de los movimientos mismos y no será introducido desde el exterior. Pero creo que para construir este nuevo modelo de revolución es indispensable elaborar las experiencias del pasado.
Fragmento de la entrevista en jacobinlat.com.

 

Testimonios Migrantes / Autor anónimo*

En Colombia, los vi tan idénticos a nosotros en muchas cosas que creí sentirme en casa. Pero en Colombia la gente convive entre la criminalidad. La producción, el tráfico de drogas y el comercio que lava dinero del narco están tan arraigados que allí todo eso es normal. En Colombia no hay crisis pero la gente vive tal cual como los venezolanos cuando hemos vivido en graves crisis. La pobreza en Colombia es absurda, pues siempre leemos que es una economía bien posicionada. De nada sirve que en Colombia haya un PIB alto o baja inflación, porque muchísima gente no puede comprar nada. Todo eso es normal allá. Un país con gente pobre, con clase media endeudada hasta el techo y un país donde lo chabacano esta en todas partes, donde igual te matan para quitarte un celular y los zapatos, pero nadie habla de eso en la prensa internacional. El país del cobro de vacunas, de los narcos y el gobierno corrupto.

Fui a República Dominicana. En Caracas me preocupaba andar en la calle, usar el teléfono, y siempre me daban miedo los negros y los tukis, andaba traumatizado. Dominicana esta atestada de ellos. No me sentía seguro en ninguna parte. Esto va a sonar racista pero es como si todo Petare vive ahí. Andaba con miedo y el país no es tan seguro como creía. La pobreza abunda, primero eran los haitianos y ahora nosotros. Pero parece que esto no es una crisis humanitaria, nadie la menciona. Este país tiene décadas lleno de pobres.

Me fui a Ecuador, es una economía dolarizada. Creía que allí podría huir de nuestras monedas y economías latinoamericanas mal administradas. Pero es un país con alto costo de la vida. Ganas en dólares, pero gastas en dólares. Es como correr en la rueda del hamster, corres mucho pero sigues en el mismo punto. Con sólo pagar arriendo y servicios te queda poco o nada. En Venezuela había «movilidad social», en pocos años podías comprar casa, carro, viajar. Los ecuatorianos no viven así. En Ecuador no hay crisis, pero casi todos se quedan en el mismo punto. Quien avanza un poco, lo debe todo. El dólar es una promesa, pero si eres pobre en una economia dolarizada, sólo cambia el signo monetario.

En Perú se encuentra la gran promesa de una economía en expansión. El FMI ha dicho que es una economía «modelo» para la región. Creo que es mentira, o soy yo el que no entiende que es una «economía modelo», pues hay mucha pobreza ahí. Llegué a un país donde hasta los peruanos viven de la buhoneria. La salud y la educación son un desastre. El agua y los servicios son un lujo costosísimo. Lima es una ciudad apiñada, con gente aglomerada en viviendas estrechas, atestada de barrios feos de bloques rojos que no vemos en fotos nunca, como sí vemos las fotos de los barrios de Caracas. No sabía que este es un país árido y frío y así es su gente. La cerveza es barata, pero no hay calor, ni playa, ni el son Caribe alegre. En Perú todos en el poder son corruptos. Si creíamos que los partidos políticos de Venezuela eran un asco ahí en Perú es peor. La corrupción es muy grave y los venezolanos creemos que vivimos en el país con el gobierno más corrupto. Se sorprenderían de Perú, con sus expresidentes enjuiciados y la corrupción del gobierno.

Chile es el referente latinoamericano donde el liberalismo ha sido exitoso. No les miento, en Chile a muchos venezolanos les va bien. Encajamos ahí, donde todo es privado, pero funciona y eso nos gusta. Ahí hay verdadero capitalismo. Las cosas funcionan. El asunto es que todo es privado, costoso, dejas dinero en cada esquina, para cada cosa. Sientes que trabajas para los demás, que eres una pieza en un sistema donde siempre hay alguien debajo y encima de ti. En Chile no te puedes equivocar, la ley es severa, la gente es sumisa, no toleran el desorden y la policía es muy agresiva. Es como en tiempos de la dictadura, pero la gente respeta los semáforos y como venezolano eso me gusta. Esa economía que no está en crisis, no perdona. Si pasas dos meses sin trabajo es imposible vivir. Te mueres, literal. Si el sueldo no te alcanza pasas hambre, así tal cual. No hay Estado que proteja, no hay formas de ayuda. No es que uno quiere que le den todo. Es que no hay escapatoria. La salud no es la gran cosa, si te enfermas debes hacer cola por semanas en un hospital para que te vean. La universidad es privada, estudiar no es para todos. En Chile lo que funciona bien es el crédito. Puedes vivir bien, dejando de por vida tus ingresos pagando cuotas. En Venezuela pagábamos los créditos por adelantado para salir de eso rápido y meternos en otro crédito. En Chile no. En Chile las cosas nos gustan a nosotros, más o menos. Pero a los chilenos no ,quieren cambiar la Constitución y desprivatizar su país. Están hartos. Por algo será.

Argentina es el país más europeo de América Latina. Es como estar en Madrid o en París. Eso creía. Pero Argentina es el despelote sureño. Es desordenado, no es del primer mundo ni se parece. Hay inflación y hay pobres. Nunca vi fotos de un rancho en Argentina, pero los hay bastantes. Aquí la gente tiene la casa a oscuras de noche para no gastar luz. En el invierno, los que no tienen calefacción o la apagan, pasan verdadero frío. En Argentina hay desabastecimiento, a veces no hay productos, pensé que eso pasaba solo en Venezuela, pero lo que más hay ahí es inflación, de la peor, la que se da de un día para otro si aumenta el dólar. Los comerciantes se vuelven locos de repente. La inflación no es tan brutal como en Venezuela, pero pega mucho. En Venezuela la gente maniobra, pero en Argentina no puedes. Vivir es caro y los sueldos no los suben por decreto. En Argentina debes acostumbrarte a andar con lo mínimo. Hay bueno, malo, bonito, feo. Pero no se vive tan bien como uno creería.

Con crisis y todo, creo que el país que más se parece a Venezuela es Venezuela. Tal vez el país que salimos a buscar, de el quedan algunas cosas en el mismo lugar del que nos fuimos.»

*Extracto del artículo en Alcarajo.org

 

El ex-narcopresidente colombiano Álvaro Uribe recibió financiamiento del cartel de Pablo Escobar para sus campañas electorales al Senado, confirman nuevos documentos.

Se trata de documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU, según los cuales, el cartel del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, en Medellín (noroeste), financió las campañas electorales de Uribe, según han confirmado este sábado medios locales del país suramericano.

Por Boris Ríos B., Javier Larraín

 

La lucha de los pueblos de Bolivia contra la oligarquía golpista y el comportamiento del gobierno del MAS, nos llevan a publicar este fragmento de Reflexiones sobre lo que reafirmó el poder de las y los bolivianos, protagonistas de la reciente victoria política sobre el fascismo. .

Rumbo a la victoria y desafíos por venir

El 25 de noviembre de 2019, representantes de la COB, del Pacto de Unidad [32] y del gobierno de facto se reunieron para firmar un acuerdo de 13 puntos con el fin de pacificar Bolivia. Este documento se ciñó a garantizar: 1) Que no hubiese más asesinatos ni persecuciones contras quienes encabezaron la resistencia popular al golpe de Estado; 2) La investigación para dar con los responsables de las masacres y el resarcimiento a los familiares de las víctimas; 3) La confirmación de la realización de elecciones en 90 días; y 4) La desmovilización de los sectores movilizados.

El régimen de Áñez se había impuesto y una dirigencia social nacional asumía un papel desmovilizador en una coyuntura confusa ya que fueron las bases de cocaleros del Trópico de Cochabamba las que habían asumido la decisión de exigir el respeto al voto y la populosa Zona Sur de Cochabamba impulsó una movilización con vecinos, sobre todo jóvenes, conformando un nuevo actor político donde sobresalió la “Coordinadora Popular por la Defensa de la Democracia y la Vida de Cochabamba”, que hizo el primer cabildo popular de Bolivia el 5 de diciembre de 2019. Entre tanto, sectores movilizados resistieron en las localidades de Montero y Yapacani, así como en barrios populosos de la capital del Departamento de Santa Cruz, en el Oriente.

La confrontación fue desigual, quienes enfrentaron a los golpistas lo hicieron desprovistos de organización, logística y financiamiento, mientras que los grupos parapoliciales y paramilitares contaban con un alto nivel de organización, capacidad logística y financiamiento,además del apoyo directo e indirecto de la Policía y las Fuerzas Armadas.

Solo en esas condiciones se entiende que toda esa fuerza social que empezó a responder al golpe terminara aceptando a regañadientes el acuerdo firmado por dirigentes a quienes ya no les depositaban una confianza plena.

En la primera quincena de diciembre, la derecha inició una campaña por la destitución de los representantes de la Defensoría del Pueblo, como la representante nacional, Nadia Cruz; la representante en La Paz, Teresa Zubieta; y el representante en Cochabamba, Nelson Cox. Igualmente se concentraron en elegir los vocales de Tribunales Electorales Departamentales (TED) de cara a los comicios agendados. En Cochabamba la reacción popular urbana no se dejó esperar y pronto agrupaciones como la mentada Coordinadora Popular marcharon a acompañar a Cox haciendo presencia contra grupos paramilitares que habían tomado las puertas de las instalaciones de la Defensoría del Pueblo.

De estos hechos fue testigo la misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que llegó a Bolivia a finales de noviembre 2019 y que, pese a la desconfianza fundada del MAS en la OEA, supo reunirse con víctimas, afectados y autoridades que denunciaron los crímenes de lesa humanidad cometidos. Su informe condenó las muertes y habló de “masacres”, contribuyendo a bajar la intensidad de la represión contra el campo popular.

Ya en 2020, la conmemoración por el aniversario de la creación del Estado Plurinacional, el 22 de enero, congregó a cientos de miles de personas en Cochabamba, visibilizándose públicamente el rechazo a Áñez y su pandilla y el apoyo al MAS. Era un día lluvioso que vio el clamor y el enojo popular vigoroso y con ganas de revancha, mientras los asistentes se emocionaron al escuchar la voz de Evo Morales desde Argentina.

Las tensiones al interior del amplio espectro que representa al MAS terminaron de ceder ante la consigna de unidad contra el golpismo y la urgencia de designar al binomio presidencial, ya que el nuevo TSE había fijado el 3 de mayo como la fecha de elecciones, transgrediendo los 90 días acordados, designación que recayó en Luis Arce y David Choquecuanca, ambos exministros de Economía y Relaciones exteriores respectivamente.

La derecha movilizó sus fuerzas en la búsqueda de anular la sigla del MAS e impedir la inscripción de Arce y Choquehuanca como candidatos, debido a la presunción de culpabilidad en supuestos casos judiciales en su contra. Pero la movilización popular se hizo presente alertando su rechazo y poniéndose en apresto de tomar medidas radicales en caso de oficializarse la censura.

En los inicios de conflictividad, entre enero y marzo de 2020, la pandemia del coronavirus irrumpió en Bolivia, decretándose una cuarentena rígida en todo el territorio nacional el 22 de marzo, lo que condujo a la prórroga del régimen de Áñez y la postergación de las elecciones dos veces más, para finalmente definirse su realización el 6 de septiembre.

No cabe duda que la crisis sanitaria fue macabramente utilizada por la derecha para llevar adelante, con militares y policías en las calles, un proceso de disciplinamiento social y la represión sistemática de dirigentes sociales, sindicales y políticos, misma que, por las condiciones socioeconómicas del país, tuvo que estrellarse con una economía popular endeble que obligó a amplios sectores de la ciudadanía a exigir el levantar la cuarentena para poder salir a trabajar y proveer a sus familias de alimentos y otros insumos necesarios, como el pago de servicios y deudas. La respuesta del Gobierno fue brutal, con represión y persecución política, mientras la reacción popular se concentró en la protesta a nivel territorial, en espacios locales. Estos enfrentamientos engrosaron el número de detenidos y detenidas políticas, entre ellas Lucy Escobar, candidata suplente a la primera senaduría por Cochabamba.

La represión no acalló las protestas populares, por lo que en agosto, frente a la determinación del TSE de postergar nuevamente la fecha de las elecciones para el 18 de octubre y la posibilidad real de que se proscribiera al MAS, el pueblo salió a las calles y a las carreteras, generándose un gran movilización nacional que pedía democracia. Vale detenerse en el hecho de que la movilización fue desde la base, ya que las estructuras del MAS no habían convocado a la protesta, y que formalmente la COB asumió ese rol, aunque no tenía la capacidad de articulación nacional ni control de la esta. En efecto, la movilización no tuvo dirección clara, ni supo gestar una demanda común, pero consiguió lo fundamental: definir una fecha inamovible para las elecciones generales, 18 de octubre, y que no se proscribiera al MAS y a sus candidatos.

Las elecciones dieron el triunfo del MAS con el 55.1% de la votación, una masiva participación y la presencia protagónica de veedores internacionales, que coincidieron en la transparencia del proceso electoral. La diferencia entre el MAS y el partido de Carlos Mesa fue tan contundente que no pudieron objetar los resultados.

La derecha ha intentado patalear contra esta victoria, pero el pueblo boliviano ha reconquistado la democracia y se encuentra en la tarea histórica de definir un nuevo rumbo para superar los errores que hicieron posible un golpe de Estado.

 

Fuente: Revista Temas, Bolivia, 12 /11/ 2020.