Mario Hernández/ Rebelión

 

Entrevista a Cecilia del FOL (Frente de Organizaciones en Lucha)

M.H.: Ayer dieron a conocer una carta Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas relacionada con la situación de la Villa 31. Acompañada con centenares de firmas de otras personalidades. ¿Ha cambiado algo a partir de esta denuncia?

C.: Nosotros estuvimos hoy en el barrio, se hizo un gran operativo del ministerio de Salud de la Ciudad con testeos a contactos estrechos. La situación que denuncian Norita, Pérez Esquivel y todas las organizaciones es estructural y la venimos denunciando hace años por las condiciones del barrio, los negociados que hay con la vivienda, los proyectos de urbanización a medio hacer y pensados para la rentabilidad económica del barrio y no para la población del barrio, no para los vecinos que viven ahí.

Hay una preocupación real que es la urbanización del barrio. Las condiciones siguen iguales, eso es estructural y es lo que vemos de una ciudad donde cada vez más la clase trabajadora es expulsada y queda viviendo en asentamientos, villas, en las condiciones que ahí declaran.

Lo de la 31 ahora es donde explotó por el Coronavirus pero Bajo Flores está en las mismas condiciones. La empresa de agua Aysa estuvo reunida con el gobierno y va a intervenir, pero la realidad es que somos las organizaciones sociales y los y las vecinos quienes estamos garantizando el aislamiento y los cuidados y que venimos desde el día uno preocupados para que esto no explote.

M.H.: Sigue la situación de la falta de agua.

C.: Hay zonas que tienen agua y zonas que no y estamos preocupados porque con el frío empiezan los cortes de luz. Es un barrio muy grande y hay sectores que como estuvieron en obra estuvieron sin agua. Sigue sin resolverse.

Hoy se realizó un operativo de test a aquellas personas que tuvieron contacto estrecho con los que se conocen como positivos, que es algo en lo que veníamos insistiendo desde el día en que tuvimos a una compañera nuestra, responsable del comedor que dio positivo, que los protocolos que hay están pensados para una familia de clase media que puede llevar adelante el aislamiento y que puede esperar bajo un techo seguro, con agua y alimentos. Eso no pasa en los barrios. Con la fuerza de todas las organizaciones, lo que pasó mediáticamente y lamentablemente con el aumento de contagios y la muerte de una vecina, hizo que el ministerio de Salud se presente en el barrio y se hagan testeos a muchos y muchas vecinas y esperamos los resultados.

M.H.: ¿Cómo está la alimentación?

C.: Hay mucha pobreza, todavía la asistencia alimentaria masiva para aquellas personas que no reciben alimento de un comedor o que son adultos mayores y que necesitan que se los asista en sus casas falta. Estamos en proceso de relevamiento y aun no está organizado de parte del gobierno de la Ciudad, está en proyecto pero hasta hoy no se organizó ni una entrega de mercadería por fuera de los comedores. Los comedores tienen a las compañeras en la primera línea trabajando, exponiéndose para garantizar la alimentación de las familias. Son comedores no reconocidos, las compañeras lo hacen de pura solidaridad.

M.H.: La ausencia del Estado es prácticamente total.

C.: Hay mucha obra, pero estas viviendas, no están habitadas. Hay un Banco, un Mc’Donalds, hay una apertura de una calle de un paseo muy linda, está el ministerio de Educación. Es presencia superficial.

Yo trabajo en la parte de salud de mi organización y haciendo un relevamiento de lo que se conocen como “unidades febriles”, que es a donde uno se acerca para comenzar el circuito del protocolo por el Covid19, nos damos cuenta de que en la 31 de 4 salitas de salud que hay una sola tiene unidad febril. Cuando en Barracas o en Bajo Flores todas las salitas tienen unidades febriles. Que es por la lucha de los y las vecinas y los trabajadores de la salud. Entonces, cómo no va a explotar si cuando le sube la fiebre a un vecino tiene un solo lugar disponible a dónde dirigirse.

Sí es muy poca la presencia. Hoy hicimos una posta de salud en nuestro local y hubo muy buena predisposición de los y las trabajadoras de la salud que vinieron y el ministerio nos permitió hacer eso y vimos una vocación de trabajo de salir a patear el barrio y a preguntarle a la gente las condiciones en las que está y al menos con el tema del Covid19 tener otra actitud. En los barrios es muy difícil aislarse y mantener la cuarentena, más allá de las condiciones de vivienda y de compartir los espacios, por el hecho de la falta de agua. Hoy se planteó que para las personas que necesiten aislarse va a haber hoteles disponibles fuera del barrio con condiciones dignas, como deberían tener en su vivienda.

Está bueno que estemos mirando la Villa 31, pero hay más barrios con la misma problemática y es importante que nos preocupemos por todos los vecinos de la Ciudad. Que haya un protocolo popular.