Álvaro Villarraga Sarmiento/ Prensa Rural

El gobierno Duque mantiene una actitud hostil que ha llegado a insinuar hasta posible rompimiento de relaciones con Cuba, con motivo de los buenos oficios, el ser garante y anfitrión del proceso de paz y con la mesa de paz que estaba vigente con el ELN al asumir su mandato. En violación al derecho internacional Duque pretende desconocer el protocolo vigente suscrito con un grupo de países, incluida Cuba, sobre el procedimiento en caso de ruptura de las conversaciones, impidiendo su aplicación, y en violación al derecho humanitario pretende la criminalización, captura y extradición de la delegación del ELN en la mesa de conversación, violando su derecho a la inmunidad que le asiste.

 

Esta situación ha sido removida en estos días por el presidente Trump de EEUU, en sus acciones desesperadas ante la pérdida de apoyo interno de cara a las elecciones presidenciales de este año, de forma que dio apoyo a la posición del gobierno colombiano, para su ataque contra Cuba, en busca de votos de la extrema derecha y vertientes del viejo anticomunismo de ese país. Cuba al igual que Noruega, se han expresado con acierto y dignidad, a tono con lo dispuesto por el derecho internacional y sus posiciones de solidaridad y apoyo al proceso de paz en Colombia.

 

El Embajador de Noruega en Colombia John Peter Opdahl declaró: “Nuestra posición es la misma que ha sido desde el principio, siendo cofirmante junto con varios otros países firmantes de este protocolo que se hizo entre dos partes, asegurando el retorno seguro en caso de ruptura de las negociaciones, tenemos que honrarlo” .

 

En esta compleja situación, es preciso reafirmar como conveniente, posible y el ser la única salida constructiva, la solución política concertada entre el Estado y el ELN para conseguir un acuerdo final de paz. La experiencia colombiana e internacional demuestran que los acuerdos de paz suscritos entre Estados e insurgencias políticas internas, conllevan compromisos hacia la democratización, la inclusión, la atención en derechos y el beneficio de las poblaciones. Se demuestra que las soluciones de fuerza, la prolongación de la guerra y la búsqueda de soluciones militares, son su antinomia: autoritarismo, victimización y negación de las posibilidades de derechos de las poblaciones.

 

El ELN ya llegó a concertar con el pasado gobierno una agenda para la paz y avanzaron en varios de sus contenidos, a contar con la participación de la sociedad en ellos como premisa y a priorizar los temas del cese al fuego y los compromisos humanitarios. El gobierno Duque no debería estar por debajo de las demandas históricas, que le exigen revisar su política y ofrecer alternativas válidas para recuperar y culminar esta posibilidad de paz, que configuraría la posibilidad final y definitiva del logro de la paz completa con las insurgencias en Colombia.

 

REVISTA SUR ( Extracto de la conclusión del artículo del msmo Título)