A lo largo de la historia la humanidad ha enfrentado diversas situaciones de conflictos que llegan a desencadenar guerras en diferentes puntos del planeta, llevando a desarticular el tejido social, frente a una sociedad rota en las relaciones sociales, culturales, políticas, económicas, como religiosas, junto con ello se presentan desigualdades, exclusiones y discriminación que llevan a miles de personas a desplazarse de manera interna en el país de origen y a otras más a dejar su país de nacionalidad porque su vida esta en peligro.

México es un país de tránsito, destino y retorno para personas de varias nacionalidades no solo continentales sino extracontinentales. En la Ciudad de México se encuentra una Asociación llamada Casa Refugiados que acompaña a personas desde que solicitan refugio hasta los procesos de integración.

 

Por Ta Iñ Xemotuam (Centro para la formación y desarrollo de la salud del pueblo mapuche – Ta iñ Xemotuam.) Fragmentos finales.

Percepción de la enfermedad

 

 

Fue en 1889 cuando el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional acordó celebrar el 1º de mayo en homenaje a la huelga iniciada tres años antes por los trabajadores de Chicago, ciudad que se encontraba en ese momento en el auge de la industrialización estadounidense. Desde entonces, tal día debe ser recordado para conmemorar la lucha caracterizada por el fervor emancipador de sublevarse a las políticas liberales que lideran los gobiernos capitalistas, en las que el monopolio comercial subyuga a los trabajadores dejando en último plano al ser humano.

Cada año se conmemora el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los “Mártires de Chicago”, como se recuerda a un grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886 en Estados Unidos por realizar un reclamo laboral. Pero este día debe ser una jornada de recordación por los cientos, por los miles de trabajadores que dieron su vida para conquistar derechos; en Argentina debemos recordar la Semana Trágica, ocurrida en la segunda semana de enero de 1919, cuando durante una prolongada huelga declarada en reclamo de mejores condiciones laborales en la fábrica metalúrgica Talleres Vasena, cientos de personas fueron asesinadas en Buenos Aires.

Debemos recordar a los trabajadores rurales que reclamaban mejoras laborales y salariales en la Patagonia en 1921, cuando fueron fusilados un número indeterminado de ellos, con cifras que hablan de entre 300 y 1.500 obreros muertos. Debemos recordar a Felipe Vallese, un obrero metalúrgico secuestrado por un grupo policial en 1962 y luego desaparecido; con él recordamos a Atilio Santillán, Agustín Tosco, René Salamanca, Jorge Di Pascuale y tantos nombres que la historia no ha registrado.

En el caso de la provincia del Chaco, en necesario sacar del olvido a los originarios pobladores y trabajadores de este suelo. El prejuicio acerca de la poca relevancia de los obreros de origen indígena y su contracara, el no considerar a los indígenas como obreros, tiene una larga tradición en la Argentina, olvidando a los trabajadores de los ingenios azucareros, de los obrajes forestales, de las minas, todas ellas regadas con sudor indígena.

Sin embargo existen referencias a obreros de ese origen, reclamando por sus derechos, en épocas tan tempranas como la primera década de este siglo; no en aislados parajes del Chaco sino en plena ciudad de Buenos Aires e integrados a las luchas obreras. El 1º de mayo de 1904, una manifestación obrera de cincuenta mil hombres en Buenos Aires asume proporciones inusitadas y son reprimidos por la policía; entre los muertos se encuentra un indígena apellidado Ocampo, nacido en el

Chaco.

Hoy, en momentos de pandemia, se debe rendir homenaje a todos aquellos trabajadores que están poniendo el cuerpo y la vida enfrentando esta enfermedad, los que, aplaudidos cuando están lejos, son discriminados cuando están cerca. Se debe recordar a los luchadores por los derechos obreros, sin olvidar que el mejor homenaje es aunar esfuerzos con los pequeños productores familiares, con las pequeñas y medianas industrias, con los trabajadores desocupados e informales, con todos los movimientos sociales progresistas para construir y reconstruir una sociedad que nos reconcilie entre los seres humanos y entre estos con la naturaleza.

Ahora más que nunca, es el momento de la unidad, caso contrario quizás no tengamos otra oportunidad sobre la tierra.

 

Gerardo Roberto Martínez. Quitilipi (trabajador rural del Chaco); 30/04/2020

 

Las personas y organizaciones abajo firmantes, manifestamos nuestro total respaldo a la familia del activista ejecutado extrajudicialmente Ing. Arturo Hernández Cardona, dirigente de la Unión Popular, organización que estaba conformada por la Unión Campesina “Emiliano Zapata” (UCEZ), Organización Lucio Cabañas Barrientos, Organización Mi Patria es Primero, Asociación Genaro Vázquez Rojas, Fundación Humanista Ricardo Flores Magón, Organización de Usuarios y Consumidores y la Organización Colonia 24 de Febrero, así como por indígenas de Copalillo y Atenango del Río y otros simpatizantes, el activista Arturo Hernández, además encabezaba la organización; Unión Campesina “Emiliano Zapata” (UCEZ).

 

La desaparición forzada del activista, ocurrió el día 30 de mayo del 2013, el cuerpo apareció el día 3 de junio del mismo año, con visibles huellas de tortura, de acuerdo a lo declarado por su hija Soledad Hernández Mena y ratificado en la necropsia que le practico en el SEMEFO. La familia del activista se encuentra totalmente vulnerable, sin medidas de protección, sin embargo se mantienen firmes en su caminar por la justicia y la verdad.

 

Celebramos que el pasado 13 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), admitiera este caso, conminamos al Gobierno Mexicano, a que responda en tiempo y forma a la CIDH, y de inmediato, le otorgue medidas cautelares a toda la familia del activista.

 

Solicitamos se inicie un dialogo entre el Presidente de México, la familia de la víctima y la representación jurídica de la familia.

 

Responsabilizamos al Gobierno Mexicano de la integridad psicológica y física de la familia del activista ejecutado, en especial de Soledad Hernández Mena quién junto con Fray Julián Cruzalta Aguirre, interpuso la petición de admisibilidad ante la CIDH, y de la integridad de l@s miembros de la Organización de Derechos Humanos Red Solidaria Década Contra la Impunidad AC, que encabeza el Obispo José Raúl Vera López, quienes acompañan jurídicamente a la familia Hernández Mena.

 

ATENTAMENTE ( Firmas de Iglesias, Sacerdotes y Pastores: Organizaciones y Dedensores de Derechos Humanos. Extracto)

dar click el himno

 

Internationale

 

 

Arriba los pobres del mundo

en pie, los esclavos sin pan

atruena la razón en marcha

viva la internacional.

Del pasado hay que hacer añicos

legión de esclavos, en pie a vencer

el mundo va a cambiar de bases,

los nada de hoy todo han de ser.

 

Agrupémonos todos, en la lucha final

es el genero humano, es la Internacional.

Agrupémonos todos, en la lucha final

es el genero humano, es la Internacional.

 

Ni en dioses, reyes ni tribunos

está el supremo salvador

nosotros mismos realicemos

el esfuerzo redentor.

Para hacer que el tirano caiga

y el mundo siervo libertad

soplemos la potente fragua

que el hombre libre ha de forjar.

 

Agrupémonos todos, en la lucha final

es el genero humano, es la Internacional.

Agrupémonos todos, en la lucha final

es el genero humano, es la Internacional.

 

La ley nos burla el estado

oprime a sangre al productor

nos dan derechos irrisorios

no hay deberes de señor.

Basta ya de tutela odiosa

que la igualdad ley ha de ser

no más deberes sin derechos

ningún derecho sin deber.

 

Agrupémonos todos, en la lucha final

es el genero humano, es la Internacional.

Agrupémonos todos, en la lucha final

es el genero humano, es la Internacional.

 


L’Internationale fue escrita en París, en Junio de 1871 por Eugène Pottier, quien nació en París en 1816 y murió en 1887. Era miembro de la Internacional y del Comité Central de la Comuna de París. Fue condenado a muerte en Mayo de 1873, pero la sentencia no fue llevada a cabo pues se refugió en América. Fue publicada en “Cantos Revolucionarios” (1887), y dedicado a Gustave Lefrançais, miembro de la Comuna de París.

 

 

La violencia social es institucional en el Salvador, como en otros países, no se pueden separar las acciones del Estado en las últimas décadas del pandillerismo que una y otra vez ataca a la población, ya sea en complicidad o en guerra con sectores del Estado y del poder económico. Las llamadas “maras”, creadas en los Estados Unidos para dividir a los jóvenes y aterrorizar a los inmigrantes, ahora son un conjunto de bandas que, sin estar articulado, mantiene la extorsión y los asesinatos en una alta escala (60 asesinatos en tan solo el tercer fin de semana de abril). A ello responde violentamente el gobierno del presidente Nayib Bukele.

Luis Enrique Contreras del Diario de Hoy señala: “Nuestro país lamentablemente se ha convertido en el terreno fértil donde las maras y pandillas han proliferado muchísimo. Deficientes estrategias de seguridad pública, falta de voluntad política, corrupción, impunidad, una judicialización parsimoniosa que entrampa condenas e impide liberaciones, contribuyendo al hacinamiento carcelario, son de las muchas causas que han permitido una rápida evolución en la criminalidad del país.”

Tal artículo fue escrito días antes de la nueva oleada de violencia a la cual Bukele respondió con la “emergencia máxima” decretada en las cárceles, sellar “todas las celdas de pandilleros”. El gobierno explicó que esta medida no evita que “el sistema judicial los deje libres”, pero al menos impide “que lleven información de otras celdas”.

De ahora en adelante, todas las celdas de pandilleros en nuestro país, permanecerán selladas. Ya no se podrá ver hacia afuera de la celda. Esto evitará que puedan comunicarse con señas hacia el pasillo. Estarán adentro, en lo oscuro”, dijo Bukele.

El sellado consiste en que no entra la luz a celdas y se hacina a decenas de presos provenientes de las maras, colocando a bandas contrarias en la misma celda. Esto buscará provocar que se violenten entre pandilleros, pero se realiza adempas en pleno auge de la pandemia del Coronavirus.

Sin importar a Bukeles el escándalo mundial y el del propio pueblo salvadoreño, se concentró a los presos antes de distribuirlos en las celdas selladas, una parte llevaba mascarillas, pero la mayoría no y fueron sometidos a estar a la mínima distancia.

Los actos degradantes que atentan contra la vida de estos presos, se suman a otras decisiones ilegales del gobierno de El Salvador utilizando fuerza pública letal contra las personas comunes que no cumplen las órdenes de mantenerse en casa durante la cuarentena. También en los últimos días detuvo con fuerza a más de 60 personas en la calle, ante protestas de sus familias, de los barrios y de los organismos locales e internacionales de derechos humanos. 

Para colmo, anteriormente, Bukele también estuvo ante la alerta internacional por atentar contra la democracia en El Salvador en una situación que nada tuvo que ver con la pandemia de covid-19. El 9 de febrero, el presidente militarizó la Asamblea Legislativa, convocó al pueblo a una insurrección contra los legisladores para imponer sus proyectos y amenazó con disolver el congreso para que le aprobaran un préstamo. Aunque contó por varias semanas con el apoyo de Donald Trump, en particular por los controles férreos contra migrantes al norte y la aceptación de planes económicos favorables a las empresas yanquis, luego recibió del Congreso estadunidense dos llamados a detener sus medidas violentas, “anticonstitucionales y degradantes”.

Bukele ante el primero de sus arrebatos contra el Congreso dio marcha atrás porque “Dios le habló y le dijo que tuviera paciencia, según afirmo él mismo. En cambio, el problema de los desplazamientos forzados y de los 12 mil desaparecidos es invisibilizado por el Estado, al no contar con un registro especializado de las víctimas ni tener un fondo destinado al restablecimiento de sus derechos vulnerados

Está claro que recrudecer y violentar a la población, así sea una parte de ella delincuente, no resuelve, al contrario agudiza la problemática. Ya Comités Internacionales se han pronunciado por el mal manejo, pero se hace caso omiso de parte de la administración; defensores de derechos han dicho que “estoes duro porque traerá otras enfermedades físicas y mentales en esta población a quienes los instrumentos internacionales ya han dictado derechos aunque estén privados de libertad”. Además que no se puede tomar medidas que no competen al ejecutivo directamente. Los Jueces se basan en articulados contemplados en el Código Civil e instrumentos de Derechos Humanos Nacional e internacional, dijo una jueza de El Salvador. No hay reformas de ley por la Asamblea Legislativa, que den la potestad de hacerlo y de los instrumentos antes mencionados, somos suscriptores de tales derechos.

Las acciones del gobiernos como el de Bukele (otra especie de Bolsonaro en el continente) traen inestabilidad, miedo, inseguridad, incertidumbre, prima en su conducta las acciones sádicas, irracionales, creyendo que varios problemas deben tener salidas aunque atenten a la integridad física y moral de las personas.

Esto es aplaudido por algún segmento de la población, otros, otras en desaprobación. Existe el riesgo que lo poco ganado tras el fin de la guerra se pierda; sin embargo hay pronunciamientos de parte de diferentes organizaciones populares, Procuraduría de Derechos Humanos, otras instituciones que velan por tales derechos y se oponen al despotismo de Nayib Bukele.

Luis Britto García

 

1 “Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia, y con las fieras de la tierra” (Apocalipsis, 6:8). Así describe el Apóstol Juan nuestro destino: el Dios de la Misericordia nos arrojará los jinetes de la Muerte, la Guerra, el Hambre y la Peste.

2 La peste devasta la Italia medieval. Nadie sabe de gérmenes, virus o higiene, por lo cual culpabilizan a Dios o al Demonio, vale decir, a sí mismos. Diez privilegiados se encierran en un castillo esperando que sus fosos y murallas detengan el contagio. Son jóvenes, bellos e inteligentes. Para pasar el tiempo, en lugar de hacer penitencia comen, beben, fornican y cuentan historias de fornicaciones. Es el artificio literario que permite a Bocaccio unir en un volumen las historias licenciosas de su Decamerón (1353). La muerte exacerba el deseo de vivir. El desenfreno es antítesis de la tumba.

3 La historia del convite al cual llega sin invitación la muerte, o del temor de la muerte que se distrae con depravación recurrirá desde entonces en los grandes fastos de lo imaginario. La invocan el marqués de Sade en Las 120 noches de Sodoma y Gomorra (1785), Edgar Allan Poe en “La máscara de la Muerte Roja” (1842) Marco Ferreri en su film La gran comilona (1973), Werner Herzog en su magistral remake del Nosferatu de Murnau (1979), con banquetes orgiásticos en plena calle, gran parte de cuyos comensales son ya cadáveres. Hoy comamos y bebamos, y cantemos y bailemos, que mañana ayunaremos, predica Juan de la Encina.

4 La peste barre Milán. Alessandro Manzoni la describe en el más dramático capítulo de su novela Los novios (1827), donde olvida transitoriamente la ingenua trama de los novios separados por el acoso sexual de un aristócrata. Así como la muerte engendra ceremonias, la peste genera rituales. Se multiplican misas y tedeums. Funcionarios lúgubres marcan las casas de los empestados, carretas chirriantes llevan cadáveres como fardos de mercancías. Los milaneses saben o imaginan que el morbo es propagado por untatori, seres malignos que deambulan con cucuruchos de polvo pestífero para untarlo a sus víctimas. Se organiza la cacería, inocentes son linchados porque alguien imagina que portaban recipientes con morbo de la plaga. El asesinato es un contagio. Todos huyen de todos. La peste es la desconfianza.

5 Vienen armados, montados, acorazados, dudando si podrán rendir a la invencible ciudad que los derrotó en Noche Triste memorable. Las huestes de Hernán Cortés no pueden creer lo que ven: avanzan por Tenochtitlan pisando alfombras de cuerpos de aztecas agonizantes o muertos por la viruela, el siniestro regalo que traen los invasores del Viejo Mundo. Es lo que narra Bernal Díaz del Castillo, un soldado del común, en su Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España (1632). Los investigadores precisarán luego que cerca de cincuenta millones de pobladores originarios de América mueren en un siglo abatidos por pandemias traídas de Europa. La Conquista es la Peste.

6 La peste arrasa el mundo y apenas queda un sobreviviente o un puñado de ellos que al mismo tiempo busca y teme la compañía de otros humanos. Es el reiterativo tema de El último hombre (1823), de Mary Shelley, la creadora de ese otro gran solitario, el monstruo de Frankenstein. Es la anécdota de La peste escarlata, de Jack London (1912), de La Tierra permanece, de George R. Stewart (1949), de Some will not die, de Algis Brudrys (1958), de incontables historias de ciencia ficción. En Le rire jaune, de Mac Orlan (1914), una pandemia de carcajadas literalmente mata a la humanidad de risa. Se busca al prójimo sólo para huir de él o matarlo. La peste es metáfora de nuestra desolada condición de animales sociales. La cuarentena simboliza la soledad del camposanto de la ciudad. La peste es el otro.

7 En la novela de Tomas Mann La muerte en Venecia (1912) el escritor Gustav von Aschenbach ha perdido juventud e inspiración. Busca alivio de su melancolía en Venecia, ciudad depresiva por excelencia, a la cual añaden un toque fúnebre los rumores sobre una epidemia de cólera que las autoridades niegan. Bien podría Aschenbach huir de la inundada ciudadela con sus góndolas que parecen barcas de Caronte. Lo detiene la devoción por Tadzio, adolescente a quien admira desde lejos porque en él cree reencontrar lo que ha perdido: la juventud, la inspiración, el deseo de vivir. Aschenbach muere del cólera mientras mira jugar en la playa al adolescente que es todo lo que él ya no es. También en El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez, los amantes que se unen tardíamente izan la bandera amarilla de la peste en el barco de ruedas de paletas para no ser molestados mientras remontan el río Magdalena o la Estigia. El amor es la peste, entrañablemente vinculada a la muerte, a la inspiración, a la fugacidad de la juventud.

8 La plaga barre Orán. Se abren campos de concentración para recluir contagiados. Con aséptica monotonía describe Albert Camus en su novela La Peste (1947) el auge y decadencia del morbo, para llegar a la anodina conclusión de que “el mal existe”. La versión fílmica dirigida por Luis Puenzo, con William Hurt en el papel del médico (1992), sitúa los campos de concentración en estadios deportivos, transparente alusión a las prisiones masivas de la dictadura chilena. Las autoridades no reconocen el fin de la peste porque ello extinguiría sus poderes extraordinarios. La enfermedad es tratada como disidencia política o viceversa. La dictadura es la peste.

9 Igual tema desarrollan la novela gráfica V de Venganza, de David Lloyd y Alan Moore (1988) y el film homónimo de James McTorgue (2008). Surge una peste en Gran Bretaña, que las autoridades invocan como pretexto para asumir poderes dictatoriales perpetuos. Una víctima deforme de sus experimentos biológicos, que usa la máscara del regicida Guy Fawkes, acaba con la pestocracia volando el edificio del Parlamento. Un argumento paralelo desarrolla la novela gráfica Ultra Violet y la película de igual nombre (2006), dirigida por Kurt Wimmer y protagonizada por Mila Jovovich. Un morbo provocado arrasa parte de la humanidad. El monopolio de los virus contaminantes y de las medicinas sustenta una dictadura terapéutica, que la heroína destruye en duelos de coreográfica perfección con todas las armas imaginables. La peste justifica poderes injustificados. El remedio es la peste.

10 Los astronautas arriban a un desolado planeta de arenas rojizas, con ciudades ajedrezadas que destruyen a tiros y apacibles canales a los cuales arrojan basura. La fracasada expedición anterior ha llevado la varicela, contra la cual los marcianos no tienen inmunidad, y los ha exterminado. Para que el planeta vuelva a tener habitantes, es necesario que uno de los invasores abalee a sus colegas y se convierta en marciano, Tal es la historia que narra Ray Bradbury en sus Crónicas marcianas (1951). Somos la peste, esperando encontrar al más débil para destruirlo.

11 El hombre, que progresivamente usurpa las funciones de Dios, le arrebata también la de desatar la peste. En La conquete de Londres (1919) el biólogo Scrull aísla el bacilo de la muerte. El alzamiento revolucionario a favor de una ley de control de los monopolios incendia el Parlamento y accidentalmente libera el morbo. La oligarquía destruye Londres con cohetes radioactivos. La peste es la Revolución. En L’offensive des microbes, de Motus (1923), el profesor alemán Von Bruck confecciona una mezcla de agentes patógenos arrojada por aeroplanos sobre Francia, Bélgica e Inglaterra. Cuando el antídoto de Von Bruck se revela ineficaz, desaparece la humanidad entera. No hizo falta la novela de Michael Crichton The Andromeda Strain (1969) para que supiéramos que las grandes potencias desarrollan laberínticos laboratorios donde con el pretexto de defender la vida se estudian las estrategias de propagación de la muerte, sin reparar que un virus puede ser más autónomo, caprichoso y devastador que un arma atómica. En dicha novela no sólo se predice la aparición de un patógeno indominable: se anticipa el desarrollo de un “universal antibiótic” que, al igual que lo hará el SIDA una década después, suprime totalmente la inmunidad. En la peste no hay vencidos ni vencedores.

12 Aterradores rasgos comparten la peste imaginaria con la real. Cosmopolita, no respeta fronteras ni aduanas. Urbana, prefiere las ciudades, moradas del pecado. Igualitaria, no distingue entre hombres y mujeres, niños o viejos, ricos o pobres, sabios o ignorantes, culturas y credos. Al mismo tiempo destruye el cuerpo individual y el social. La sanación del uno es imposible sin la del otro.