A lo largo de la historia la humanidad ha enfrentado diversas situaciones de conflictos que llegan a desencadenar guerras en diferentes puntos del planeta, llevando a desarticular el tejido social, frente a una sociedad rota en las relaciones sociales, culturales, políticas, económicas, como religiosas, junto con ello se presentan desigualdades, exclusiones y discriminación que llevan a miles de personas a desplazarse de manera interna en el país de origen y a otras más a dejar su país de nacionalidad porque su vida esta en peligro.

México es un país de tránsito, destino y retorno para personas de varias nacionalidades no solo continentales sino extracontinentales. En la Ciudad de México se encuentra una Asociación llamada Casa Refugiados que acompaña a personas desde que solicitan refugio hasta los procesos de integración.

En Casa Refugiados se cuenta con un eje rector y transversal que permea el trabajo humanitario, la paz, que es articulada por diversos actores que tratan de construir y reconstruir el tejido social. Se cuenta con un área llamada Educación para la Paz con un programa de sensibilización y movilización en la defensa y promoción de derechos humanos para el reconocimiento a la dignidad humana con talleres en diversos sectores de la población tanto públicos como privados en espacios escolares, religiosos, empresas, colectivos y fundaciones.

Anterior a la pandemia las actividades se venían realizando muy a menudo, pero una vez que se dio la contingencia sanitaria han disminuido las actividades, sin que esto impidiera la atención y realización de tareas, ya que se siguen realizando por medio de llamadas telefónicas, correos y por encuentros vía remota.

Se siguen presentando prácticas xenófobas, racistas y discriminatorias hacia personas refugiadas- Desde el equipo de la Casa de Refugiados se ha colaborado para cambiar estas prácticas, elaborando materiales que permitan seguir abriendo puertas a la diferencia y al entendimiento frente a la situación que viven las personas por el desplazamiento forzado.

Ante la pandemia que vivimos, se han elaborado otros medios para seguir realizando actividades que necesitaban de encuentro: se hacen trabajos en colaboración de personas refugiadas y sociedad mexicana, para que las personas refugiadas se vayan apropiando de estos espacios. Así se ha puesto en marcha una página para el intercambio de actividades, acompañando a la distancia, en un espacio virtual que comparte experiencias que faciliten el encuentro y la interacción positiva entre las personas, tanto de personas que van llegando, de personas que tienen larga estancia en el país, así como de personas que acogen, promoviendo alternativas para sobrellevar el aislamiento.

Se sigue colaborando con actores solidarios, dando seguimiento y acompañando a personas que necesiten víveres como también a quienes requieran productos naturales para su salud.

No se han presentado casos de coronavirus entre personas refugiadas que acompaña la Asociación y tampoco dentro del equipo, pero se siguen tomando medidas y monitoreo para saber cómo se encuentran. Se han compartido materiales para que tomen las medidas necesarias para su cuidado.

A lo largo del trabajo humanitario se busca dar respuesta al costo humano que la violencia ha causado sin distinguir sexo ni edad de personas que se vieon obligadas a escapar para salvar su vida, con un enfoque enmarcado en Educación para la paz que lleve a cabo la construcción de entornos de buena comunicación, resoluciones no violentas de conflictos y buenas prácticas colectivas.

En México se sigue viviendo en impunidades que se suman año tras año, cada vez más es difícil sobrevivir, en especial las personas que se mueven en flujos migratorios, más vulnerables. Pasar por México es una travesía devastadora para muchas y también para sus familias y entre ellas (las mamás principalmente) buscan a lo largo del país a sus hijos desaparecidos. Nos encontramos con una realidad inhumana en donde las personas que salen de su país de origen no tienen encuentro con otro país que lo acoja, algunas ni siquiera con la frontera y para otras tantas, solo hay la morgue.