Los Estados, como en toda crisis del capitalismo, pero en particular en esta que es profunda, múltiple y larga, realizan pactos con las clases subordinadas, siempre en razón de la fuerza real de cada una de ellas y el potencial del descontento social para convertirse en fuerza anti sistémica. En México, la oligarquía financiera con sus monopolios locales e internacionales ha llegado a acuerdos con el gobierno en turno que reproducen la hegemonía con sus consecuencias de agravamiento de las condiciones de vida y de las escasas libertades de la mayoría de la población. Se pretexta que el Estado y su gobierno, dado que carecen de recursos, no tiene nmás opciones de las que el capital financiero y la clase capitalista internacional imponen.

Antonio C. Cabral

Los capítulos dolorosos de la historia de Estados Unidos se repiten causando un enorme sufrimiento humano, pero también desencadenan levantamientos que a menudo fueron ignorados o cooptados por la clase política que históricamente ha servido a los intereses de las oligarquías millonarias. Un nuevo levantamiento masivo en todo el país sobre lo que desenmascaró el mortal virus COVID-19 virus y los abusos policiacos puede preparar el terreno para un cambio cualitativo y permanente del futuro socioeconómico y político de este país.

El sufrimiento humano causado por la pandemia del virus desenmascaró el mito de que Estados Unidos tiene un sistema democrático que nos trata a todos por igual y con justicia para todos. Expuso el racismo y el desdén arraigados e institucionalizados que las personas de color y las comunidades empobrecidas han vivido mientras trabajan duro y producen riqueza para corporaciones codiciosas y otros explotadores. El asesinato a sangre fría del Sr. George Floyd fue el detonante que lanzó a millones de personas a las calles como nunca antes. Su ira no se trataba simplemente del asesinato.

La historia de los Estados Unidos y la historia de San Antonio en particular nos enseñan que la violencia policial se remonta a décadas atrás. Sólo un ejemplo: En la Noche de Navidad de diciembre de 1980, Héctor Santoscoy fue a ver si el Fred’s Fish Restaurant en la calle Zarzamora en San Antonio estaba abierto cuando el policía James Cammack llegó en su patrulla, Santoscoy era un inmigrante indocumentado y por eso huyó con Cammack ersiguiéndolo. Cammack acorraló a Santoscoy escondido bajo una casa que estaba situada a unas 24 pulgadas del suelo sobre postes de cedro, algo común en los barrios de Texas. Cammack se agachó y le disparó asesinándolo. Cammack alegó que Santoscoy tenía un ladrillo en la mano mientras estaba acostado debajo de la casa e iba a arrojarlo a Cammack. El médico forense dictaminó que los brazos de Santoscoy estaban a su lado cuando le dispararon.

Cammack nunca fue castigado a pesar que ya había sido sospechoso en la muerte en 1968 de Bobby Phillips, un hombre negro que vivía en un barrio en East Side San Antonio. Por ello, los mexicanos/chicanos sabemos sobre la violencia policial institucionalizada.

Recordamos a las víctimas:como Jesús Bazán, Antonio Longoria, Gregorio Cortez, Ricardo Falcón, Luis Martínez, Neva Arlene Romero, Richard Morales, Joe Campos Torres y muchos otros que fueron asesinados por policías, o por los infames Texas Rangers y por alguaciles. La diferencia entre las protestas anteriores y las movilizaciones de hoy es que ahora toda persona trabajadora en Texas y en todo Estados Unidos sabe que la clase política y los gobiernos a todos los niveles no han protegido los intereses sociales y económicos de las familias trabajadoras. Se necesitó la mortífera pandemia COVID-19 para quitar la máscara de la hipocresía y exponer el desdén, las mentiras y la manipulación. Millones de personas se infectaron y se perdieron miles de puestos de trabajo obligando a las familias a unirse a largas filas para recibir una caja de alimentos. Con la inoportuna apertura de negocios y empleos los trabajadores se ven obligados a correr el riesgo de infectarse si regresan a sus empleos o perder sus prestaciones de desempleo, mientras que se utilizaron miles de millones de fondos de los contribuyentes para el alivio económico de las corporaciones y negocios millonarios.

Durante la pandemia que convirtió al país en el más infectado y con más muertes, George Floyd fue asesinado por policías en Minneapolis y en pleno día. Su tortura antes de morir duró 8 minutos. La ira y la desesperación y la humillación que la clase obrera de los Estados Unidos siente profundamente lo que ha vivido durante la pandemia y los asesinatos por policías no se curarán emitiendo discursos y promesas falsas. Tampoco el nombrar parques, escuelas o calles en honor de humanos negros o latinos o indígenas asesinados por policías. Nada de eso aliviará las preocupaciones que las familias trabajadoras.

Las demandas incluyen la igualdad de justicia social y económica, un salario digno para todos en lugar de que los contribuyentes tengan que subsidiar a los explotadores cuyos trabajadores tienen que utilizar programas públicos sólo para sobrevivir, incluyen igualdad salarial para las mujeres en los lugares de trabajo, mejores escuelas y educación de calidad, respeto y justicia para las comunidades LGBTQ y atención médica gratuita para todos. Los medios han ignorado esas demandas principalmente la del fin a las guerras de conquista estadounidenses en el Medio Oriente, África y América Latina que han costado miles de vidas civiles y $6.4 billones a contribuyentes en EEUU según el Instituto Watson de la Universidad Brown.

Los jóvenes que marchan en los Estados Unidos merecen el apoyo y el aprecio de toda persona de conciencia que quiere una vida mejor para sí mismos y para las generaciones futuras. (Extracto)

(Boletín Jubiladas en Lucha, Junio de2020)

Llegó a nuestro país el COVID-19 y halló al sistema de salud colapsado por tantos años de abandono: recortes presupuestales, privatización de los servicios a través de la subrogación y falta de personal (Lo que ahora reconocen las autoridades: 200 mil médicos, 300, mil enfermeras, y 79 mil especialistas etc.). Pero son muchas más las plazas faltantes.

Se descuidó el perfil epidemiológico de la población, se abandonó el trabajo preventivo en los centros laborales, y los riesgos de trabajo, al grado que en los hechos desaparecieron las Comisiones Mixtas de Seguridad e Higiene, aunque está en la Ley Federal del Trabajo, artículo 509. Las enfermedades crónicas degenerativas como diabetes, hipertensión, cáncer, obesidad, se aceleraron por políticas de salud que sólo benefician al gran capital que obtiene ganancias extraordinarias por la explotación de los trabajadores y el consumo de sus productos dañinos.

Las condiciones de trabajo de la clase trabajadora son precarias y los trabajadores de la salud no escapan a esta devastación: golpeteo continúo a los contratos colectivos de trabajo hasta casi desaparecerlos, la nueva generación de trabajadores fue despojada de una contratación definitiva, sólo es temporal, así como de una jubilación y pensión digna. Con salarios muy bajos y sin prestaciones, es casi imposible organizarse de manera libre e independiente en un sindicato que defienda sus intereses, por el terrorismo que ejercen las autoridades y del charrismo sindical.

La Pandemia dejó al descubierto la debilidad y el abandono del Sector Salud y de sus trabajadores, esto explica cómo en la actualidad hay 8 mil trabajadores de la salud contagiados y 150 fallecidos reconocidos por la autoridades de la Salud (12 de mayo, Conferencia de prensa nocturna). Sin embargo las cifras reales son más elevadas, pues se niegan a realizar las pruebas RT-PCR, ni siquiera a los trabajadores de la salud que están en alto riesgo de contagio.

Las movilizaciones de los trabajadores en todo el país, demostraron su enojo e indignación, por no contar con el equipo de protección para enfrentar esta pandemia (cubre bocas N95, caretas, gorros, batas, guantes, googles etc.). Realizaron asambleas al interior de los centros de trabajo, en muchos lugares es un fenómeno nunca visto, y así nombraron representantes por categorías o servicios. También bloquearon avenidas, hicieron plantones, paros activos, quedando claro que los mandan a la “guerra sin fusil”. En esta lucha enfrentaron a los directivos locales, administradores y directores en los nosocomios, en muchos casos poniendo enfrente o exhibiendo la incapacidad de los dirigentes sindicales para defender sus derechos. En muchos centros de trabajo lograron levantar minutas y arrancarles promesas a los directivos.

Un primer logro de la movilización fue el reconocimiento como riesgo de trabajo de los primeros médicos y enfermeras fallecidos, pues alegaban que se habían infectado en otro lugar y no en su centro de trabajo, sólo porque la unidad médica no era COVID-19. Tuvieron que recular las autoridades y el 21 de abril el IMSS, difunde esta circular en donde se reconoce al COVID-19 como Riesgo de Trabajo: Circular No. 09900130000 Criterios de calificación para casos de coronavirus COVID-19 como enfermedad de trabajo.

Esto no es suficiente, pues están en riesgo todos los trabajadores de la Salud, ya que su objeto de trabajo es servir a personas con alguna enfermedad, por lo tanto, quienes trabajan en clínicas, hospitales, ginecos, etc. que no son hospitales COVID-19, también se han infectado y fallecido. Eso motiva la exigencia de que se entregue el material a todo el personal que labora en el sector salud.

El caso del IMSS

La dirigencia sindical corrupta, en voz de su secretario general Arturo Olivares Cerda se adjudica logros que son de los trabajadores, porque estas dirigencias fueron rebasadas, tales como:

Licencias con goce de sueldo al personal con enfermedades crónico degenerativas y a mujeres embarazadas. Este mandato es emanado del Decreto Sanitario desde el 23 de marzo, y fue para todas las dependencias públicas y privadas.

Una defensa muy débil ante la discriminación y maltrato a los trabajadores de la salud.

La contratación de 13 mil nuevos trabajadores para enfrentar esta pandemia, los cuales son insuficientes, porque a un porcentaje alto de trabajadores se les envió de licencia, ya que están enfermos o son muy vulnerables a la pandemia, más las plazas faltantes, 13 mil contrataciones que para todo el país son muy pocas. Los trabajadores denuncian la FALTA DE PERSONAL.

La compra de insumos de parte del sindicato como cubre bocas, caretas etc., 40 mil cubre bocas, aunque no es su obligación pues el patrón debe comprar los insumos. Así se quieren deslindar de su omisión de tantos años para exigir a las autoridades, el material y equipo de trabajo, que los trabajadores se ven obligados a comprar, porque no les dotan del material y hoy tienen que comprar equipos de protección caros con su raquítico salario.

Un bono del 20% del salario base y el concepto 11, por única vez a los trabajadores que no cobran el 20% por trabajar en área insalubre, pero sólo para los que tienen que ver con pacientes COVID-19. Es insuficiente y ambiguo, pues todos los trabajadores tienen contacto con los pacientes COVID-19 que llegan a todas las clínicas y hospitales.

Darán notas de mérito (es el salario de un día por cada nota) hasta 9 en un mes; esta es una prestación del CCT, cláusula 126 a médicos y enfermeras que integren “Equipos de Respuesta para la Atención de Pacientes COVID-19”. Pero este beneficio está sujeto a incidencias (sin retardos, ni faltas) rol en el equipo, postergación de vacaciones y de jubilación. Además, hay 10 notas a los trabajadores que acepten cambiar de turno, de adscripción y residencia temporal. Es una violación al contrato colectivo, con un dinero extra pretenden que los trabajadores acepten malas condiciones de trabajo, vergüenza debería darle al CEN del SNTSS haber negociado este convenio. (16 abril, 2020)

Y hablan del hospedaje gratuito en 70% del hotel del sindicato, esto no es un logro: con nuestras cuotas se construyó ese inmueble en la Ciudad de México, y debería servir para apoyar a los trabajadores sindicalizados en toda circunstancia.

Son logros de la movilización de la base trabajadora, pero aún no hay solución a las demandas principales de los trabajadores: la falta de equipo de protección, la falta de personal y las malas condiciones laborales, que empeoran con el estrés y la carga emocional que se vive con pacientes graves. Y lo principal: siguen falleciendo e infectándose compañeros.

No debemos callarnos, debemos organizar estas luchas convirtiéndolas en un movimiento unitario de todos los trabajadores de la Salud, para resolver los problemas actuales, recuperar lo perdido y cambiar de fondo un sistema de salud devastado por el capitalismo. (Extracto)

Pressenza, 24 de junio de 2020.- CF8M: «Denunciamos la violencia política sexual del Estado, apoyamos a la Dra. Leonor Olate y a Las Tesis». Como Comité de Derechos Humanos de la Coordinadora Feminista 8M queremos condenar abiertamente los últimos hechos de violencia política sexua y hostigamiento que ha vivido la doctora Leonor Olate, activista y médica del machi Celestino Córdova, también sistemáticamente perseguido por el Estado chileno.

Este caso lo motivan actos propios del racismo y del fascismo, al tratar de impedir que profesionales de la salud sigan solidarizando con presos políticos mapuches y que las mujeres nos volvamos las protagonistas del cambio que los pueblos reclaman.

Juntas y sin miedo, brindamos todo el apoyo a nuestra compañera, que ha sido perseguida, amenazada y agredida gravemente debido a su compromiso con el pueblo mapuche.

Aunque nos horroriza, no nos extrañan estas maniobras, están en línea con el permanente y sistemático terrorismo de Estado que practica el gobierno, grupos políticos y civiles de derecha contra quienes ejercemos nuestro legítimo derecho a la participación política y la protesta. Estas prácticas de horror, intensificadas cuando los pueblos se levantaron en rebeldía con la revuelta popular de octubre, han sido parte del operar sistemático e histórico del Estado en territorio mapuche, una lucha que ha durado siglos.

Las luchas de los pueblos en defensa de su territorio y el agua, por la semilla antigua, por la verdad, por la justicia y por la memoria amenazan el régimen de desigualdad que ha sostenido su poder. Sabemos que les incomoda particularmente cuando mujeres y disidencias protagonizan estas luchas, como es el caso de la Dra Olate.

Denunciamos la persecución y violencia política de la que somos víctimas quienes decidimos comprometernos políticamente y la violencia político sexual que se dirige a nuestros cuerpos y que busca disciplinarnos y desmovilizarnos.

Fue la misma violencia político sexual que suscitó el eco en Chile y el mundo del grito “¡El violador eres tú!” que denunció la violencia patriarcal que instituciones de justicia y fuerzas armadas ejercen sistemáticamente contra mujeres y disidencias.

La performance creada por la colectiva Las Tesis evidenciaba lo que hoy denunciamos: el Estado ejerce una violencia sistemática como herramienta de opresión, disciplinamiento, posesión y orden. El mismo Estado opresor persigue a las integrantes de esta colectiva, hoy denunciadas ante la Fiscalía por Carabineros de Chile por incitar la animadversión contra esta institución, basándose en «supuestas víctimas de la acción policial». Carabineros de Chile cuestiona la veracidad de miles de denuncias por violencia política sexual que niños, mujeres y disidencias han hecho, al igual que negó la existencia de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas desde octubre en un clima de absoluta impunidad. Solidarizamos con Las Tesis, que son perseguidas debido a su protagonismo político.

La razón del eco mundial de este grito es la veracidad de la violencia patriarcal que ejercen instituciones sobre nuestros cuerpos, y que pretende corregir y disciplinarnos políticamente. Fue esta la violencia que se ejerció en recintos como “la venda sexy” durante la dictadura, violencia político sexual que se dirigió a compañeres y compañeras militantes que resistían a la dictadura. Identificamos en el actuar de carabineros de Chile, fuerzas armadas y cómplices civiles, las mismas prácticas y objetivos: castigar doblemente a mujeres y disidencias, primero por ser cuerpas incorrectas, segundo, por meterse en política. Mediante estas tácticas pretenden desmovilizarnos y evitar que formemos parte del cambio que necesitamos para la vida que queremos, una vida que valga la pena vivir.

Hoy Leonor, logró realizar una visita médica al Machi Celestino Córdova, que cumple 47 días en huelga de hambre, y constató el grave nivel de deterioro físico y psicológico que presenta el Machi, tras la negación por parte del estado chileno, de devolver a Celestino a su rewe. Así como Leonor seguirá atendiendo como médica al machi Celestino, mujeres y disidencias no nos dejamos amedrentar; ya no volvemos a la segunda línea nunca más.

Estamos en alerta y haremos todo para que se respeten los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Chile, los cuáles se vienen violando desde hace años y meses.

El pasado 8 de marzo demostramos toda la fuerza que tenemos para conseguir la vida que queremos. De la misma forma, pueblos indígenas, mujeres, disidencias, encontramos una resistencia común puesto que sabemos que para construir la vida que queremos, tenemos que enfrentar y combatir el mismo sistema de opresiones.

¡Libertad al Machi Celestino Córdova! ¡No más persecución política a quienes ejercemos nuestro legítimo derecho a la protesta! ¡No más violencia político sexual!.

Si tocan a una, nos levantamos todas.

Comité de Derechos Humanos CF8M. (Extracto)

Compañero y compañera:

 

¿Ya te diste cuenta de la dimensión de lo que estamos viviendo en el mundo? Se trata de un hecho histórico sin precedentes, una pandemia de gran magnitud con repercusiones y cambios de la vida individual y principalmente colectiva, tan amplio y rápido que apenas podemos asimilarlo.

Como educadores tenemos la responsabilidad de analizar la situación y entender el contexto en que todas las comunidades escolares nos encontramos, para atender las necesidades de los estudiantes con quienes trabajamos. Existe ahora mismo una crisis económica que ya se avizoraba antes de la crisis sanitaria, misma que se aceleró con las condiciones de confinamiento, ya que deja en situación de vulnerabilidad a la población que debe salir a trabajar porque no cuenta con lo necesario para subsistir. Muchas de las familias de nuestros alumnos se encuentran en estas condiciones. La pandemia ha dejado claro ante nuestros ojos las profundas desigualdades sociales que provoca el sistema capitalista y que ahora ponen en gran riesgo a todos, principalmente a los más vulnerables.

Varios académicos, sociólogos y filósofos de México y el mundo hacen el llamado para que la población se vea a sí misma y se percate de que ya no somos los mismos, pues requerimos cuestionar esa “normalidad” donde prevalecen la explotación natural y humana, el individualismo, la competencia, la opresión, la enajenación, la represión y los absurdos estereotipos. Es necesario plantear nuevos modos de vivir en solidaridad, en colectividad, en comunidad para poder preservar la vida en armonía con nuestra madre tierra.

En estos momentos es más importante priorizar las necesidades de los estudiantes, ante su realidad. La emergencia sanitaria nos invita a dejar en segundo plano las actividades del plan y programas de estudios para anteponer por encima de todo la integridad humana de los niños y jóvenes. Por todo ello, les convocamos a asumir su papel de maestras y maestros transformadores:

* Dando voz a las familias estudiantes y que son excluidas por el capitalismo.

* Haciendo equipo con otros profesionales para atender a los estudiantes.

* Desarrollar y compartir saberes y haceres familiares.

* Generar prácticas donde se tomen en cuenta las vivencias, ideas y sentires de los estudiantes que tienen relación con las condiciones de vida actuales.

* Generar alternativas de acción y cambio de las condiciones de vida de todos.

* Promover la preservación de la naturaleza.

* Generar propuestas de acción colectiva y de acción comunitaria para la salud y la vida.

* Generar nuevas relaciones de trabajo colectivo.

A manera de propuesta, les presentamos algunos cuestionamientos y actividades que sabemos, ustedes sabrán enriquecer y contextualizar hacia sus estudiantes.

¡Por el respeto a la vida, eduquemos

para preservarla!

 

*Introducción al documento de propuestas de actividades para el periodo especial por la pandemia elaborado por:

 

Comisión de educación//Asamblea de coordinación secciones 10 y 11, CDMX// Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

(Boletín Jubiladas en Lucha, Junio de2020)

Llegó a nuestro país el COVID-19 y halló al sistema de salud colapsado por tantos años de abandono: recortes presupuestales, privatización de los servicios a través de la subrogación y falta de personal (Lo que ahora reconocen las autoridades: 200 mil médicos, 300, mil enfermeras, y 79 mil especialistas etc.). Pero son muchas más las plazas faltantes.

Se descuidó el perfil epidemiológico de la población, se abandonó el trabajo preventivo en los centros laborales, y los riesgos de trabajo, al grado que en los hechos desaparecieron las Comisiones Mixtas de Seguridad e Higiene, aunque está en la Ley Federal del Trabajo, artículo 509. Las enfermedades crónicas degenerativas como diabetes, hipertensión, cáncer, obesidad, se aceleraron por políticas de salud que sólo benefician al gran capital que obtiene ganancias extraordinarias por la explotación de los trabajadores y el consumo de sus productos dañinos.

Las condiciones de trabajo de la clase trabajadora son precarias y los trabajadores de la salud no escapan a esta devastación: golpeteo continúo a los contratos colectivos de trabajo hasta casi desaparecerlos, la nueva generación de trabajadores fue despojada de una contratación definitiva, sólo es temporal, así como de una jubilación y pensión digna. Con salarios muy bajos y sin prestaciones, es casi imposible organizarse de manera libre e independiente en un sindicato que defienda sus intereses, por el terrorismo que ejercen las autoridades y del charrismo sindical.

La Pandemia dejó al descubierto la debilidad y el abandono del Sector Salud y de sus trabajadores, esto explica cómo en la actualidad hay 8 mil trabajadores de la salud contagiados y 150 fallecidos reconocidos por la autoridades de la Salud (12 de mayo, Conferencia de prensa nocturna). Sin embargo las cifras reales son más elevadas, pues se niegan a realizar las pruebas RT-PCR, ni siquiera a los trabajadores de la salud que están en alto riesgo de contagio.

Las movilizaciones de los trabajadores en todo el país, demostraron su enojo e indignación, por no contar con el equipo de protección para enfrentar esta pandemia (cubre bocas N95, caretas, gorros, batas, guantes, googles etc.). Realizaron asambleas al interior de los centros de trabajo, en muchos lugares es un fenómeno nunca visto, y así nombraron representantes por categorías o servicios. También bloquearon avenidas, hicieron plantones, paros activos, quedando claro que los mandan a la “guerra sin fusil”. En esta lucha enfrentaron a los directivos locales, administradores y directores en los nosocomios, en muchos casos poniendo enfrente o exhibiendo la incapacidad de los dirigentes sindicales para defender sus derechos. En muchos centros de trabajo lograron levantar minutas y arrancarles promesas a los directivos.

Un primer logro de la movilización fue el reconocimiento como riesgo de trabajo de los primeros médicos y enfermeras fallecidos, pues alegaban que se habían infectado en otro lugar y no en su centro de trabajo, sólo porque la unidad médica no era COVID-19. Tuvieron que recular las autoridades y el 21 de abril el IMSS, difunde esta circular en donde se reconoce al COVID-19 como Riesgo de Trabajo: Circular No. 09900130000 Criterios de calificación para casos de coronavirus COVID-19 como enfermedad de trabajo.

Esto no es suficiente, pues están en riesgo todos los trabajadores de la Salud, ya que su objeto de trabajo es servir a personas con alguna enfermedad, por lo tanto, quienes trabajan en clínicas, hospitales, ginecos, etc. que no son hospitales COVID-19, también se han infectado y fallecido. Eso motiva la exigencia de que se entregue el material a todo el personal que labora en el sector salud.

El caso del IMSS

La dirigencia sindical corrupta, en voz de su secretario general Arturo Olivares Cerda se adjudica logros que son de los trabajadores, porque estas dirigencias fueron rebasadas, tales como:

Licencias con goce de sueldo al personal con enfermedades crónico degenerativas y a mujeres embarazadas. Este mandato es emanado del Decreto Sanitario desde el 23 de marzo, y fue para todas las dependencias públicas y privadas.

Una defensa muy débil ante la discriminación y maltrato a los trabajadores de la salud.

La contratación de 13 mil nuevos trabajadores para enfrentar esta pandemia, los cuales son insuficientes, porque a un porcentaje alto de trabajadores se les envió de licencia, ya que están enfermos o son muy vulnerables a la pandemia, más las plazas faltantes, 13 mil contrataciones que para todo el país son muy pocas. Los trabajadores denuncian la FALTA DE PERSONAL.

La compra de insumos de parte del sindicato como cubre bocas, caretas etc., 40 mil cubre bocas, aunque no es su obligación pues el patrón debe comprar los insumos. Así se quieren deslindar de su omisión de tantos años para exigir a las autoridades, el material y equipo de trabajo, que los trabajadores se ven obligados a comprar, porque no les dotan del material y hoy tienen que comprar equipos de protección caros con su raquítico salario.

Un bono del 20% del salario base y el concepto 11, por única vez a los trabajadores que no cobran el 20% por trabajar en área insalubre, pero sólo para los que tienen que ver con pacientes COVID-19. Es insuficiente y ambiguo, pues todos los trabajadores tienen contacto con los pacientes COVID-19 que llegan a todas las clínicas y hospitales.

Darán notas de mérito (es el salario de un día por cada nota) hasta 9 en un mes; esta es una prestación del CCT, cláusula 126 a médicos y enfermeras que integren “Equipos de Respuesta para la Atención de Pacientes COVID-19”. Pero este beneficio está sujeto a incidencias (sin retardos, ni faltas) rol en el equipo, postergación de vacaciones y de jubilación. Además, hay 10 notas a los trabajadores que acepten cambiar de turno, de adscripción y residencia temporal. Es una violación al contrato colectivo, con un dinero extra pretenden que los trabajadores acepten malas condiciones de trabajo, vergüenza debería darle al CEN del SNTSS haber negociado este convenio. (16 abril, 2020)

Y hablan del hospedaje gratuito en 70% del hotel del sindicato, esto no es un logro: con nuestras cuotas se construyó ese inmueble en la Ciudad de México, y debería servir para apoyar a los trabajadores sindicalizados en toda circunstancia.

Son logros de la movilización de la base trabajadora, pero aún no hay solución a las demandas principales de los trabajadores: la falta de equipo de protección, la falta de personal y las malas condiciones laborales, que empeoran con el estrés y la carga emocional que se vive con pacientes graves. Y lo principal: siguen falleciendo e infectándose compañeros.

No debemos callarnos, debemos organizar estas luchas convirtiéndolas en un movimiento unitario de todos los trabajadores de la Salud, para resolver los problemas actuales, recuperar lo perdido y cambiar de fondo un sistema de salud devastado por el capitalismo. (Extracto)

 

Boletín Jubiladas (os) en Lucha, mayo 2020.

 

Desde el inicio de la contingencia sanitaria hemos visto cómo se han movilizado las y los trabajadores de las distintas instituciones de salud con un solo clamor, la falta de material, equipo de protección y personal. Mientras a diario el subsecretario de Salud, Dr. Hugo López Gatell, informa de las compras en China y otros países de material y equipo, en las clínicas y hospitales, no se ve reflejada esta abundancia, y son los trabajadores quienes compran con su salario el material para esta contingencia, como lo vienen haciendo desde hace tiempo para sus labores.

Hay un total divorcio de los directivos de la salud que dan conferencias de prensa a diario, con la realidad que se vive en los hospitales, relatamos breves testimonios de trabajadores del Hospital Regional de zona No 1 Gabriel Mancera, de la Ciudad de México, denuncia que ya fue publicada en algunos medios de comunicación, y es una muestra de lo que pasa en el país:

 

Este hospital es uno de los más grandes del IMSS en CDMX, pasó en 2020 a una reconversión para atender casos de COVID-19; para esto se suspendieron todas las consultas de especialidades normales y los pisos de medicina interna 5º y 6º, las cuales siempre desde su apertura han sido insuficientes, el hospital tiene mucha población de la tercera edad. Desde hace años se ha exigido personal médico y de otras categorías, pero siempre dicen las autoridades que no hay presupuesto para la contratación, muchos trabajadores nos jubilamos en las últimas décadas y esas plazas no se han recuperado.

Este hospital siempre se caracterizó por mucha sobrecarga de trabajo en todas las áreas, por eso no es de extrañar que dos médicos; la jefa de Medicina Interna, Rosa Betsabé Serrano Ostoa y la Dra. Diana Ruíz Dan, renunciaron hace como tres semanas por el incumplimiento de protocolos en el manejo y traslado de los pacientes a los pisos. La Dra. Diana era de jornada acumulada y la dejaban sola con los residentes el fin de semana con 98 pacientes a cargo, situación totalmente inhumana, pues los pacientes de COVID-19 la mayoría son de estado crítico, “además los ventiladores están muy desgastados, y los pacientes entubados se nos mueren”. En esa área de Medicina Interna hacen falta 16 médicos de base denuncian los residentes, pues de ellos se han quedado tres a cargo de más de 100 pacientes.

En la semana final de abril, por la presión de los médicos residentes de medicina interna se llevó a cabo una asamblea en el auditorio con el Director, el cirujano Hernández Paniagua quien se tardó más de un mes para escuchar las demandas de los médicos, a pesar de muchos escritos de estos. Le reclamaron su lentitud e ineptitud para organizar el proceso de trabajo, pues dio por hecho que los médicos especialistas de las áreas de consulta externa como: Urólogos, cirujanos, neurólogos, ortopedistas, otorrinos y demás especialidades, al suspenderse la consulta externa, ellos podrían ser jefes de equipo, organizadores con tres médicos de soporte para atender en los pisos a los pacientes de COVID-19. Ellos dicen que no se niegan a trabajar, pero no están capacitados para el área de Medicina Interna, aunque algunos estudiaron esa especialidad no están familiarizados con pacientes hospitalizados y mucho menos para atender a los pacientes de COVID-19.

Otro reclamo al director es que no se capacitó a los médicos y trabajadores, que todo se improvisó y que ahora tienen los pisos llenos, pues además de ser una enfermedad desconocida, hay un caos en la organización de las guardias y turnos, tampoco sabe nadie quién es el organizador pues no hay asignaciones por escrito. Los residentes de 4º año son los que llevan toda la carga, pues trabajan hasta guardias de 16 horas, con los trajes de protección con los que no pueden ni tomar agua, ni ir al baño, por lo tanto no se sienten apoyados por las autoridades. Ellos están capacitando a los médicos de otras áreas para poder salir adelante. También crece la preocupación porque la mayoría de los pacientes con COVID-19 pierden la vida.

Esta es la realidad en este hospital, además se quejan de que hay poco personal en el área de urgencias y que los pacientes COVID-19 llegan a los pisos sin estudios de rayos x, electrocardiograma, y entonces cómo salir con el paciente a los servicios de gabinete. Algunos médicos generales que llegaron como apoyo y que fueron contratados por la pandemia, no tienen la capacitación necesaria.

A pesar de esta adversidad, los médicos presentes en la Asamblea acordaron buscar formas de organización en el trabajo que permitan salir adelante con sus pacientes, diciendo que todos están en el mismo barco y que cualquiera se puede infectar, pero exigen a las autoridades que se pongan al frente en la resolución de los problemas. ¡LO QUE NO HAGAMOS NOSOTROS, NADIE LO HARA!