La Verdad y el Diario de Juárez

Cargados con pinturas, brochas y creatividad, decenas de fronterizos ´tomaron´ el bordo de río Bravo para protestar por las políticas migratoria de los gobiernos de México y Estados Unidos.

Justo en las paredes del cauce que marca el límite del territorio mexicano y el inicio del estadunidense colocaron murales para reprochar la construcción del muro, que promueve Donald Trump, y la política antimigrante que lleva cabo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador con militares.

Ni muro ni militares se lee en los murales pintados este sábado en un evento organizado por el Movimiento vs Militarización Ciudad Juárez.

Hace meses la política del estado mexicano dio un giro hacia la militarización de la vida pública, ahora la Guardia Nacional hace el trabajo de detener el flujo de los y las migrantes, sometiéndose al imperialismo estadounidense, bajo la dirección de Donald Trump, difundió la agrupación en protesta.

Las causas de la migración en los países del sur y centro, y en México, hunde sus raíces en la desigualdad y violencia estructurales, de una división del trabajo en donde nuestros países y población están al servicio de las fortunas de los países imperialistas, afirmó en su convocatoria donde reprocha que con estas acciones solo se administra el problema de las personas que deben dejar su país, pero no soluciona el problema.

“Ni muros ni militares”, es el reclamo del Movimiento contra la Militarización de Ciudad Juárez que plasmó en el bordo del río Bravo, donde el fronterizo Ilish Álvarez pintó la leyenda junto a las siluetas de un militar y una niña.

Arriba se socavan las condiciones de vida de los y las trabajadores; la violencia provocada por la pinza estado-crimen organizado orilla a miles a arriesgar su vida. Con el muro que representa la militarización en la frontera sur y norte se hace más complicado para quienes no tienen mejor opción que migrar: administrar la crisis no soluciona los problemas de fondo“.

Junto al mural de unos ocho metros de alto por unos seis metros de ancho, pintado por Álvarez, los participantes plasmaron imágenes contra los feminicidios, los derechos de los indígenas y el nombre de Esmeralda Castillo Rincón, desaparecida el 19 de mayo de 2009, a los 14 años de edad.