Entrevista a Eric Toussaint por Arantxa Manterola /GARA (Extracto)

Intervino usted en la contracumbre sobre la abolición de la deuda ilegítima pública y privada. ¿Por qué ilegítima?

En el caso de una deuda pública, se define así a la que está contraída en unas condiciones que no respetan los intereses de la población, o también cuando se favorece a una minoría privilegiada. Por ejemplo, cuando para salvar un banco privado que va a hacer quiebra por haber tomado riesgos exagerados se le da dinero público.

¿Existen ejemplos en el mundo de deudas que se hayan abolido?

En la historia moderna, desde hace dos siglos y medio a hoy, hay casos en los que, como consecuencia de la movilización ciudadana, han sido abolidas. La Convención de 1792 proclamó la anulación de dos tercios de la deuda pública argumentando que el pueblo francés no tenía por qué pagar por las deudas contraídas por la Monarquía. En 1919, México anuló las deudas reclamadas por banqueros franceses y otros que habían prestado dinero a regímenes corruptos combatidos por regímenes democráticos legales. En 1837 los habitantes de cuatro estados de EEUU (Arkansas, Florida, Missouri y Michigan) se sublevaron contra sus respectivos gobernantes, que habían aumentado los impuestos para pagar importantes deudas adquiridas con bancos que corrompían a hombres políticos. Derrocaron a esos gobiernos y los nuevos gobernantes anularon la deuda. Hay otros ejemplos, como Costa Rica. Y más cerca, Ecuador revocó en 2008 una deuda considerada ilegítima por una comisión de auditores específica en la que yo participé. El mismo año está el caso de Islandia, que se negó a pagar una deuda reclamada por Gran Bretaña y Holanda. Hay una serie de ejemplos pero, eso sí, solo pasa cuando los ciudadanos se rebelan y presionan a sus respectivos gobernantes.

Dice usted que, desde el siglo XIX, la deuda es un arma de dominación política. Y que afecta a los países denominados pobres y también a los desarrollados. Se ha convertido en un nuevo colonialismo. ¿Dónde queda la democracia en todo esto?

Los prestamistas han logrado que los estados entren en el engranaje de la deuda pública y gracias a ello sacan pingües beneficios permanentemente. L a s p o l í t i c a s neoliberales aplicadas desde la época Thatcher- Reagan hacen que el sector de las finanzas someta a los estados a una dinámica continua de reembolso de la deuda y estos renuncian a sus obligaciones hacia los ciudadanos. Así se reduce el gasto social para reembolsar una deuda que beneficia a una minoría privilegiada.

¿Quién tiene realmente el poder? ¿El FMI, el Banco Mundial...?

Las grandes sociedades financieras e industriales, que están totalmente ligadas entre ellas, el gran capital. FMI y BM son organismos que están al servicio de ese gran capital y ejercen una presión enorme hacia los gobiernos. Tenemos ahora el caso de Argentina o de Grecia, que están soportando el chantaje del FMI. Y estos señores del G7 están directamente vinculados al FMI, que es una especie de gendarme de grandes multinacionales y grandes potencias económicas.

Cuando el estado de la izquierda no es muy boyante y el fatalismo gana entre la ciudadanía impotente contra el estado de cosas, ¿qué aportan iniciativas como la contracumbre del G7?

La situación en Europa y en otras zonas del mundo es complicada, pero no hay que bajar los brazos. Hay que seguir avanzando en la concienciación y en movilización si queremos que despliegue su fuerza transformadora. Nos hemos reunido en esta contracumbre al G7, para contribuir a relanzar la movilización.

El movimiento altermundialista no tiene la fuerza del principio de la década de los 2000, pero están los chalecos amarillos, antes los indignados... hay que darles perspectivas. Es necesario que se reinvente para recuperar su capacidad de convocatoria. Porque se dan movilizaciones espontáneas como la de los chalecos amarillos, un poco en la misma línea que los indignados de 2011 en España. Las fuerzas políticas de izquierda deben dejar de decepcionar a la ciudadanía cuando esta las pone en el gobierno. Por ejemplo, se percibe una gran desilusión tras la capitulación de Tsipras en 2015 en Grecia. Es necesario que estas fuerzas cumplan sus promesas cuando alcanzan el gobierno y vuelvan a dar esperanza a la gente.

Oficialmente este G7 es una cumbre contra las desigualdades. ¿Qué harán estas grandes potencias capitalistas para reducir, dicen, las desigualdades?

Eso es pura retórica. Sus políticas y actuaciones van absolutamente en sentido contrario. Las desigualdades no se originan de forma natural; son el resultado de las políticas desarrolladas por los gobiernos que se reúnen en Biarritz y por los que les han precedido. Esto es una hipocresía enorme. Estos jefes de Estado se reúnen periódicamente y eligen temáticas con la intención de engañar a la opinión pública internacional. Creo que a estas alturas ya no engañan a nadie, su grado de credibilidad está extremadamente menguado. Trump, Boris Johnson, Salvini... son jefes de Estado que están desacreditados porque han abandonado los principios fundamentales del derecho internacional. Nosotros estamos aquí para denunciarlos con firmeza y sin vacilaciones.

Fuente: http://www.cadtm.org/Las-deudas-se-anulan-solo-cuando-se-rebelan-los-ciudadanos