Por Alberto G. López Limón

El pasado 22 de septiembre el gobierno federal, apoyándose en la conmemoración del Premio Carlos Montemayor, otorgó un reconocimiento para varios de los compañeros que participaron directamente, y han sobre vivido hasta la fecha, en los sucesos del 23 de septiembre de 1965, fecha que marca para el movimiento revolucionario de nuestro país, el inicio de la lucha armada socialista-comunista. La fecha, muchas veces conmemorada desde la clandestinidad ha rendido homenaje a sus actores, muchos de ellos anónimos que durante decenas de años han protegido y difundido su práctica, experiencia, ejemplo, propuesta y su fe inquebrantable en la posibilidad de construir otro México, solidario, inclusivo, democrático, antipaternalista y anticapitalista, humanitario socialista.

Extraña que ahora la fecha se conmemore en un recinto anteriormente oficial del poder ejecutivo, los Pinos, con la presencia de muchos ex guerrilleros de la época. Pero ¿cuál es ese contrasentido aparente? ¿Acaso la revolución socialista triunfó y ni cuenta nos dimos de tan embebidos con nuestros problemas materiales, cotidianos, de existencia?

¿Qué es lo que significa el 23 de septiembre de 1965 para nuestra historia?

En esa fecha un grupo de insurgentes pertenecientes a la organización político-militar Grupo Popular Guerrillero, comandado por el profesor Arturo Gámiz García realizaron una operación militar contra pelotones del Ejército Mexicano en el cuartel de Madera, Sierra de Chihuahua. En el intento perdieron la vida los jóvenes, Arturo Gámiz García, Pablo Gómez Ramírez, Sandoval Salinas, Emilio Gámiz García, Miguel Quiñones Pedroza, Rafael Martínez Valdivia, Salomón Gaytán y Antonio Scobell Gaytán, desde esos días la lucha revolucionaria, en todas sus manifestaciones no ha dejado de manifestarse en la lucha de clases de nuestro país, en algunos momentos desde la resistencia, la escaramuza, la autodefensa, protegiendo a sus dirigentes y estructuras organizativas, elaborando propuestas organizativas, fortaleciendo su prensa, sus conocimientos.

La fecha no es solamente un acto de dignidad del pueblo mexicano. No es un simple recordatorio de una memoria de un evento al que se le reconoce cierta importancia, pero que no debemos de descuidar que la lucha no ha terminado, la meta no se ha alcanzado, la patria sigue siendo secuestrada por aquellos quienes nos mal gobiernan, podemos estrenar nuestros nuevos collares de diamante, pero cadenas seguirán siendo, cadenas ideológicas de control, manipulación y enajenación que tratan de alejarnos de las tareas que nos hemos trazado para la construcción del hombre nuevo y la Patria socialista.