Basta ya de jugar con la salud de la gente y con el dinero público.


Por Izquierda Castellana    


El 9 de noviembre el presidente y director ejecutivo de Pfizer informaba que su laboratorio estaba en disposición de distribuir/vender una vacuna contra la Covid-19, con más de un 90% de eficacia.

La información procede de la propia compañía y fue trasladada a la opinión pública a través de una nota de prensa. No se dieron más detalles sobre el estudio que llegaba a tal conclusión.

Estos datos provienen de lo que se conoce como un análisis intermedio de la Fase 3, y del ensayo clínico en que se encuentra la referida vacuna:

“Sin embargo, los resultados, que son los primeros de cualquier ensayo de fase III de una vacuna Covid-19, se han compartido solo mediante un comunicado de prensa y aún no se han publicado ni revisado por pares. Los expertos acogieron con agrado la noticia, pero enfatizaron la importancia de ver los resultados completos y comprender muchos de los detalles que aún no se han hecho públicos, incluidos los detalles demográficos de los participantes y la gravedad de los casos informados en el ensayo” (British Medical Journal)

La vacuna, aparte de las consideraciones planteadas, tiene dos importantes inconvenientes. El primero es que hay que mantenerla a -75ºC, y necesita dos dosis para la vacunación completa, la segunda dosis a las tres semanas de la primera. La inmunidad se consigue a partir de los siete días de la segunda dosis, es decir, 28 días después de la primera.

El mismo día que se informó sobre la disponibilidad y eficacia de la vacuna contra la Covid-19 por Pfizer, a pesar de que el ensayo clínico no ha finalizado, el señor Albert Bourla, presidente de Pfizer, vendió el 61,8% de sus acciones en la compañía (132.508), por un precio de 4.727 millones de euros. Resulta sorprendente que ante la inminente comercialización de un producto tan “prometedor” según sus fabricantes -lo cuál lleva a pensar en las altas expectativas de que las acciones vayan subiendo de forma progresiva- el principal ejecutivo de la compañía venda la mayoría de las que tiene aprovechando el tirón del momento. ¿Quizás esa operación tiene que ver con que el producto no es tan eficaz y exento de efectos secundarios como dicen, y que cuando estos empiecen a aparecer conduzcan a las consiguientes reclamaciones que pongan en riesgo el patrimonio de los ejecutivos de la farmacéutica? La historia de Pfizer es desde luego muy compatible con esa hipótesis.

Hagamos un pequeño resumen con algunos fragmentos publicados en prensa:

Pfizer desembolsará 339 millones para evitar el juicio por incentivar a médicos (Cinco Días, El País)

El líder mundial del sector farmacéutico, Pfizer, pagará 339 millones de euros para evitar ser juzgado por presuntos pagos a médicos para que éstos recetaran sus fármacos. Otras grandes compañías afrontan acusaciones similares. La compañía ha sido acusada de que su filial Parke-Davis ha realizado pagos a médicos para que prescribieran el fármaco de la firma contra la epilepsia, Neurontin, que supone al año unas ventas valoradas en 2.700 millones de dólares.

Pfizer manipuló los resultados de ensayos clínicos (Público)

La farmacéutica Pfizer manipuló los resultados de sus ensayos clínicos para intentar mejorarlos. Así lo mantiene un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, que denuncia que la compañía cambió los objetivos iniciales de ocho estudios para incluir otros que resultaban más beneficiosos para su medicamento contra la epilepsia Neurontin. (…) Los autores, de la Universidad Johns Hopkins de EEUU, concluyen que los apaños cuestionan la validez de los estudios.

La farmacéutica Pfizer conspiró para evitar un juicio en Nigeria (El País)

La mayor multinacional farmacéutica, la estadounidense Pfizer, negoció en abril de 2009 con el Gobierno de Nigeria un acuerdo para evitar un juicio por la muerte de 11 niños en el país africano y las secuelas causadas en decenas de ellos en el ensayo clínico de un medicamento llamado Trovan. Unas 200 familias de Kano, al norte de Nigeria, aseguraban que su país fue en 1996 un experimento para probar el Trovan y utilizar a sus hijos como cobayas humanos. La compañía pagó 75 millones de dólares (57 millones de euros), para indemnizar a las familias y evitar así que la causa criminal que había comenzado en los tribunales llegase a prosperar.

La historia del experimento del medicamento Trovan fue corroborada por uno de los médicos de la compañía, Juan Walterspiel. Un año y medio después del experimento, el experto se puso en contacto con la directiva de Pfizer y denunció la violación de las normas éticas en el ensayo clínico. Walterspiel fue despedido. Según Pfizer, por otros motivos. El medicamento se aprobó después en Europa y Estados Unidos. Allí se sigue usando aunque solo como un tratamiento para infecciones muy severas. La Unión Europea lo retiró porque causaba problemas hepáticos.

WikiLeaks revela maniobras de Pfizer para evitar millonario juicio en Nigeria (Rebelión)

La importante revelación del cable de la embajada norteamericana en Abuja expone que la compañía contrató investigadores para encontrar evidencia de corrupción en el Fiscal General de Nigeria para persuadirlo de abandonar el polémico juicio, y manchar su imagen ante la prensa.

[Añadimos, por nuestra parte, algunos datos sobre el caso del “Trovafloxacina” (Trovan). En el ensayo de 1996 en el estado nigeriano de Kano, compararon Trovan con Ceftriaxona. La ceftriaxona se utilizó en dosis significativamente menores que las que se consideran eficazmente terapéuticas, con la finalidad de favorecer a Trovan en los resultados del ensayo. En las pruebas, realizadas con dos centenares de niños en el contexto de una epidemia de meningitis, once fallecieron y otros muchos sufrieron ceguera, sordera y otros daños neurológicos.]

Pfizer acuerda pagar una multa millonaria por sobornos (Cinco Días, El País)

La farmacéutica Pfizer ha acordado este martes con el Departamento de Justicia pagar varias multas por valor de más de 60 millones de dólares por sobornar a médicos, reguladores y funcionarios en el extranjero.

Pfizer, obligada a retirar lotes de un relajante muscular por “impurezas” (Redacción Médica)

El cisatracurio es un relajante muscular que se administra mediante inyección o perfusión  y se utiliza en intervenciones quirúrgicas tanto en adultos como en niños con más de un mes de vida. Además, se aplica para facilitar la intubación traqueal en caso de que se necesite asistencia mecánica para respirar y para relajar los músculos en adultos que se encuentran en Cuidados Intensivos.

Escándalo farmacéutico: Pfizer ocultó el efecto anti alzhéimer de uno de sus fármacos (El Español)

La farmacéutica conocía las evidencias, pero no diseñó un costoso ensayo clínico por miedo a fracasar. El diario americano The Washington Post ha descubierto que la farmacéutica Pfizer ocultó que uno de sus medicamentos podía ser eficaz contra el alzhéimer. Concretamente, Enbrel, que es el nombre del fármaco en cuestión, es un antiinflamatorio para la artritis reumatoide que podría llegar a reducir las probabilidades de sufrir alzhéimer en un 64%, según revela el Post. La clave de este descubrimiento fue una serie de reclamaciones de aseguradoras. El descubrimiento de estas cualidades alternativas se produjo en el año 2015 y, posteriormente, la empresa entró en un período de debate sobre si investigar sobre esta línea o abandonarla. Se estimó que el ensayo necesario para este objetivo costaría en torno a 80 millones de dólares.

No sabemos si el Gobierno español, con su Ministro de Sanidad a la cabeza, conoce estos datos y tiene capacidad para evaluar con rigor la información que el pasado lunes fue comunicada por la multinacional farmacéutica Pfizer. A juzgar por los comentarios que han hecho en los días siguientes, y que los medios de comunicación próximos al Gobierno han reproducido como loros, es evidente que no. Con ello demuestran su ignorancia e irresponsabilidad.

Basta ya de jugar con la salud de la gente y con el dinero público.

Izquierda Castellana, 12 de noviembre de 2020