Resumen Latinoamericano, 31 de mayo de 2019.-

 

El gobierno de Honduras enfrentó el viernes con otra gran represión la segunda jornada de paro nacional convocado por médicos y maestros, que exigen la derogación de dos decretos que plantean transformaciones en ambos sectores…

 

El sector salud y el magisterio iniciaron el jueves un paro indefinido nacional en rechazo a dos iniciativas de ley aprobadas en abril que buscan transformar la salud y la educación, tras semanas de marchas contra las medidas gubernamentales.

 

Al paro, en el que participan miles de trabajadores del sector salud y del magisterio, se sumaron cuatro de las grandes de instituciones de educación superior: Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); Universidad Tecnológica Centroamericana (NITEC) y el Centro Universitario Tecnológico (UNITEC), la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UNPNFM). Los paristas acompañan sus acciones con marchas y cierres de avenidas y carreteras importantes en las principales ciudades de Honduras, además del bloqueo en varios puentes. Ambos gremios reclaman al congreso que derogue los dos decretos para reestructurar la salud y la educación, pues consideran que el gobierno pretende privatizar esos servicios y despedir a docentes y médicos para sustituirlos por activistas del partido del gobierno,.El Ejecutivo dijo que los cambios son para mejorar la atención

 

y emitió un decreto donde indica que no realizará despidos masivos ni privatización de las entidades, pero los manifestantes piden eliminar toda la normativa. Ante la escalada de las protestas, este viernes la embajada de Estados Unidos en Honduras emitió un comunicado en el que “llama a todos los hondureños a que se abstengan de actos de violencia”. “Enfatizamos la necesidad de resolver sus diferencias de forma pacífica con respeto al orden público”.

 

 

Incendian puerta de embajada yanqui

 

Un grupo de manifestantes quemó neumáticos frente a la entrada principal del edificio de la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, hecho por el que fue detenido un sospechoso. El atentado contra la embajada generó polémicas. Algunos manifestantes señalaron que el hecho estaba justificado por la injerencia permanente de EE.UU en apoyar a los sectores reaccionarios hondureños, otros aducían que se trataba de un autoatentado.