Ilka Oliva Corado.

No puedo quedarme sin compartir esto con ustedes, mis amores. Una hermosa velada chilena se vivió anoche en Chicago, con el concierto de Illapu y Colombina Parra en una gira por la nación estadounidense en homenaje al amor de mis amores, la Violeta Parra.  Una exquisitez del Sur.  Vientos de Antofagasta, ventisca  de Santiago.

Con una pócima de su rock alternativo la Colombina hechizó a la audiencia. Mujer sencilla, verdadera, natural. Un alma demasiado sublime como para ser comprendida a primera vista. Demasiado elevada que no encaja en los acetatos de artistas populares y "exitosos." Lo de ella es arte, lo de ella es elixir del corazón. Una expresión profunda y desnuda. Lo de ella es fuego y pasión. Entrega total. Lo esotérico de su  talento, embelesa. El erotismo de su sencillez, enamora. 

No puedo dejar de pronunciar el increíble parecido físico que tiene con su padre, el antipoeta don Nicanor Parra,  lo mismo que su hermano que también toca en su banda.  Sentir tan de cerca la sangre de la gran Violeta, es una experiencia impresionante. Aunque la Colombina brilla con luz propia, la magia que la rodea debido a sus genes Parra, es una fascinación  para quienes amamos a su tía y a su padre. 

Me fascinó la forma en que interactúa el grupo, aunque ellos se refieren a ellos mismos como sus músicos, en el escenario todos armonizan y crean ese ambiente ilusorio que invita a que el espectador forma parte de él y que también se deje llevar por las ánimas del rock alternativo. 

Illapu que es profeta en su tierra hizo temblar el suelo del recinto. Profesan una fascinación extraordinaria por la gran Violeta, la reivindican con sus canciones, también al gran Víctor Jara, a los  Mapuches, a los desaparecidos, están ahí con la Memoria Histórica en cada interpretación. 

Solo la excelencia puede venir de un grupo como Illapu, que llevan más de 4 décadas entregándose a las luchas sociales, a su pueblo, a los más desprotegidos, llevando su música al mundo entero. Ese gran amor a la Latinoamérica saqueada, mancillada y herida. 

Grupo que vivió el exilio obligado, que vivió el retorno, que como muchos de su generación padeció los embates de la  dictadura militar en primer plano. Grupo que no se resignó, que no se cruzó de brazos, gente comprometida con la denuncia y la exigencia de justicia. Con el éxito que tienen es muy fácil que pierdan el piso, sin embargo están ahí humanos, sencillos, cabales. Demostrando que su música no embuste comercial, que su denuncia es la de los pueblos golpeados, que su letra es el silencio de millones a través de la historia.  

Están ahí con su música andina, con la raíz, con la consecuencia.  Las nuevas generaciones no podemos escudarnos en que no tenemos guías y que por esa razón desconocemos y que por esa razón nuestra apatía y nuestra dejadez.  Porque ahí están personas como los Illapu que nos recuerdan una y otra vez que la lucha es para toda la vida. Que la lealtad es para siempre. Que la entrega debe ser total. Que uno puede cansarse, que es permitido sentirse defraudado, pero que jamás por ninguna razón se puede renunciar a intentar llenar de flores los yermos.

Fue una velada de emociones, de lágrimas, de nostalgias, de ilusiones. Una velada recordando a los grandes luchadores sociales de la América Latina. Una velada para revindicar a todos aquellos a los que la historia oficial agravia. 

Cuando pienso en los miles de desaparecidos, torturados y asesinados a causa de las dictaduras militares en Latinoamérica, y veo a grupo como Illapu que sigue en pie, a pesar de su cansancio, de sus decepciones, de sus interminables luchas, me pregunto, ¿y nosotros los de las generaciones jóvenes, qué haremos para cambiar este mundo? ¿Cuál es nuestro compromiso con la justicia y la Memoria Histórica?  ¿Cómo vamos a reivindicar nuestra vena roja? 

Abril es un mes aciago para quién respira poesía. Pero también es un mes esplendoroso para quién sueña esperanza. Illapu  y la Colombina Parra vivieron a llenar este abril estadounidense de vendavales  del Sur, de cordillera y cepa. ¡Viva Víctor Jara! ¡Vivan los pueblos originarios! ¡Vivan nuestros mártires! ¡Viva la gran Violeta Parra!  ¡Viva Chile! ¡Viva nuestra Patria Grande! Salú.

 

Abril 19 de 2015.

Estados Unidos.