febrero 22, 2019 Por  Ricardo Antonio Landa

A Samir Flores Soberanes

Aquel musitar de los montes

ya no es el agua clara de las voces,

ya es el aullido

        el relámpago,

        la protesta,

        el grito atroz

del hambre nuestra de este mundo

que no nos damos hoy,

que nos quitan, siempre,

que perdemos

cuando dejamos de luchar.

 

Tierra:

¿Eres la res agónica del hambre,

o eres el ser hambreado en agonía?

No dejes, Madre, que el gusano del gas

envenene tus entrañas.

Bien lo dicen las jóvenes abuelas:

Otro mundo es posible.

Bien lo dijo Samir ayer en su mensaje último:

Aquí estaremos para seguir luchando organizados.

Y alegre nos propuso tres tareas:

Levantar los ojos, empuñar la mano,

alzar la voz.

Blog: http://elrojodelalengua.org