El 25 de noviembre de 2019 llegó a la Ciudad de México un grupo de poco más de 40 familiares de desaparecidos y asesinados en Atoyac de ´Álvarez, en la sierra de Guerrero, durante los años 60 y setenta del siglo XX en los hechos de la llamada Guerra Sucia contra el pueblo inerme. Vinieron a que el Estado y su gobierno actual, den solución a la exigencia de Verdad, Justicia y Reparación de los años a familias y comunidades arrasadas y reprimidas en esos años.

Esposas y descendientes de los desaparecidos se han agrupado en el Movimiento Contra el Olvido: Movimiento por la verdad y la justicia de los desaparecidos de la Guerra Sucia de los años 60s, 70s y 80s. Con firmeza ante los funcionarios de la Secretaría de Gobernación y con sentimiento de indignación, se expresaron en la mesa de diálogo y ante un reportero de El Zenzontle quien recogió algunos de sus testimonios.

Somos gente pobre, siempre lo hemos sido. No queremos limosnas, sino que el gobierno cumpla con hacer justicia y se castigue a las instituciones del Estado por todo el daño que nos ocasionaron y que nos devuelvan a nuestros familiares desaparecidos. Si fallecieron por la tortura a que fueron sometidos o si fueron directamente asesinados que se nos diga”, dijeron sus voceros.

Venimos de la Sierra, unos de Atoyac, de El Quemado, La Peineta (comunidades arrasadas en 1974), de Rincón de las Parotas, y de tantos pueblos a donde los soldados llegaron a llevarse a mi esposo y a otros vecinos sin que sepamos hasta la fecha donde están, si los mataron, o si ya murieron y dónde los tienen”, cuenta una de las mujeres que, con sus cuatro hijas, vio cómo se llevaban a su esposo, campesino, quien a la vuelta del trabajo fue confundido con otro al que perseguían los del ejército. “Se lo llevaron primero a la casa de un vecino donde lo torturaron, luego los sacaron, parece que al cuartel en Atoyac, luego que al Campo Militar número 1, pero nunca nos dijeron nada cuando lo buscamos”. Y recuerda llorando: “Entraron, robaron nuestras pocas cosas, se comieron los animalitos, luego quemaron la casa, tuvimos que escondernos 3 días en los cerros, yo baje a buscar a mi papá y el me acompaño a buscar a mi marido. Tuve que dejar solas a mis hijas. Pienso que la más grande desde entonces se enfermó, no puede andar” agrega llorando pero en susojos hay coraje. Igual se expresa su hija: “ Ya no les creemos, van distintos presidentes, gobernadores y funcionarios que dicen que van a dar respuesta, pero nada han hecho. Mi mamá regresó y se puso a trabajar en casas, pues perdimos nuestra parcela.”

Por igual, un hombre maduro, hijo de otro desaparecido, este en el Rincón de las Parotas cuenta que tenía 4 años de edad cuando se llevaron a su padre. “Nada supimos cuando lo buscó mi mamá, sí nos dieron algunos que junto a otros desaparecidos se los llevó el ejército y nada más. Tuve que trabajar desde los 6 años en el campo porque perdimos todo”. A lguno agrega que vieron a hombres de esas comunidades señalar a sus vecinos para que el ejército los detuviera.

Una abuelita de varios ahí presentes, recuerda que cuando buscó a su esposo, alguno le dijo que “el militar Manuel Acosta Chaparro -el que se reconocería como uno de los principales responsables de la guerra sucia desde los años 70 y de la represión a luchadores sociales hasta que lo asesinaron durante el gobierno de Peña Nieto-, había llegado a uno de los sitios de Atoyac donde tenían a los detenidos y escogió a varios diciendo “a este, este y este, los suben y se los llevan” y cuentan que los subieron a helicópteros y los tiraron en el mar.”

Más testimonios habrán de contar en los días porvenir, pues ahora organizados regresan a Atoyac luego de conseguir algunos acuerdos, con la presión, incluso de llegar al cierre de calles cercanas y no retirarse sin respuesta de la mesa, si los funcionarios de gobernación.

Se acordó la formación de la Comisión de búsqueda conformada por familiares de personas desaparecidas. En este punto han dicho del trabajo que están realizando y llaman “Construcción de mecanismos”, en donde se formen 10 equipos de investigación. Dan un tiempo para resultados de 2 años en la búsqueda, siendo pocas las personas que conformarían la Comisión. Dentro de ello hay puntos que resaltan el trabajo de la investigación y la búsqueda como saber dónde están las personas, estar conscientes que no se encontrarán a todas ellas, pero sí contar con un relato de dónde estuvieron, qué paso, quiénes lo hicieron y por qué.

Mencionaron que hay que resarcir una deuda con el pasado. Con relación a las medidas de apoyo les fueron entregados los formatos firmados para el pago de la canasta básica que a toda víctima le corresponde por ley y se comprometieron a dar respuesta el próximo lunes 2 de diciembre de 2019. Se establece una red de comunicación con los funcionarios Félix Santana Ángeles, José Luis Soto y Mariana. La siguiente semana se comprometieron a tener un bosquejo del mecanismo para la búsqueda de familiares desaparecidos. El 17 de diciembre se comunicarán con el Lic. José Luis Soto para ver los mecanismos de búsqueda. Si llega a suceder cambios en los cargos, establecer que quien sea que quede debe darle seguimiento al plan de trabajo en búsqueda de los familiares.

 

Las tareas a que se comprometen:

Convocar a la Fiscalía General de la República, a la Comisión de búsqueda para lo que queramos, a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas a efecto que todas las medidas se revisen caso por caso y en dónde pararon, todo ello bajo la dirección de Gobernación.

Pidió la Dirección General de Estrategias para la Atención de Derechos Humanos: Asumir un compromiso para no exponer a las personas que asisten a la Ciudad, ver la manera de poder trasladarse a Atoyac.

El Movimiento contra el olvido informará a la comunidad y a los medios en conferencia de prensa en Atoyac, Guerrero el 2 de diciembre, recordando la muerte en combate del maestro Lucio Cabañas.

Con coraje, dignidad y entusiasmo regresan a Atoyac a construirse como una fuerza con memoria que como dice su boletín difundido:

No podemos perdonar a aquel militar y policía que nos torturaron, que nos quemaron nuestras viviendas, que robaron nuestras pertenencias y nos arrebataron a nuestros seres queridos. Sólo Dios perdona. Nosotros no. No podemos olvidar porque fue nuestra sangre la que se llevaron. Ni perdón ni olvido. Verdad y justicia. Castigo a los responsables.”