Jesús Gutiérrez Lugo -68- ESIME-IPN

 

Inicio y ascenso del Movimiento

Era estudiante de primer semestre de la ESIME del IPN en 1968, no pertenecía a ningún grupo político de izquierda ni tenía conocimiento respecto a la situación social y política del país, se podría decir que era un ingenuo en este sentido pues no participaba en política. Inició el movimiento estudiantil del 68, debido a la represión de la marcha de estudiantes del politécnico por una represión previa en la vocacional 5 de la Ciudadela, y que coincidió con la conmemoración del 26 de julio de la Revolución Cubana, pudo haber pasado sin mayor transcendencia si no hubiera tomado el estado una actitud de autoritarismo extremo al reprimir a ambas marchas.

Inmediatamente la indignación cundió en todas las escuelas tanto del Poli como de la UNAM lo que devino en una decisión de los estudiantes de irse a la huelga y empezar a llevar a cabo asambleas para decidir acciones en común para que cesara la represión y castigar a los culpables.

En ese momento me indignó profundamente esta represión del Estado por lo que empecé a participar en dichas asambleas.

Participé en asambleas que se llevaban a cabo en el Auditorio N° 1 de la Unidad Profesional Zacatenco, allí empecé a aprender de los compañeros políticamente más avanzados quienes argumentaban la necesidad de la unión de todas las universidades e instituciones educativas públicas para elaborar un pliego petitorio único el cual sería nuestra exigencia de las demandas estudiantiles principales.

En esas asambleas también se empezaron a vislumbrar mayores problemas políticos que era importante también denunciar y exigir al Estado que los resolviera.

A partir de ahí se estructuró un Consejo Nacional de Huelga para coordinar las diferentes propuestas de las escuelas que participaban en el movimiento.

Y así se generó el pliego petitorio del movimiento estudiantil del 68. Entre las demandas del pliego petitorio estaban:

· Desaparecer el Cuerpo de Granaderos.

· Renuncia del General Cueto Ramírez, responsable de la represión.

· Libertad a los presos políticos.

· Eliminación del artículo del Código Penal que habla sobre la disolución social.

· Exigencia de un diálogo público con las autoridades gubernamentales.

· Cese a la represión.

Estos puntos del pliego petitorio sirvieron de base para informar a través de brigadas con volantes, en los camiones, teatros, escuelas, mercados, etc. También empezamos a denunciar la situación social, económica y política del país. En todas partes del Distrito Federal se encontraban estudiantes desenmascarando al Estado represor.

Como brigadistas repartíamos volantes e invitábamos al pueblo a participar e involucrarse, ya que al hacer más amplia nuestra denuncia tocábamos temas como la falta de libertad sindical, falta de democracia, represión policial, etc. Estas denuncias calaban en la personas que nos escuchaban, logrando que simpatizaran con el movimiento. Porque nuestro objetivo también era que se generara un levantamiento popular.

Llegamos a ir con los ferrocarrileros a pesar de la vigilancia que tenían de granaderos en la puerta principal de Pantaco, los logramos burlar a través de un boquete en los muros de la terminal. Los ferrocarrileros nos recibían entusiasmados en sus máquinas para platicar y coincidíamos que su lucha era también nuestra lucha.

No olvido cuando en las noches salíamos en brigadas en los camiones del Politécnico a solidarizarnos con los presos políticos Demetrio Vallejo y Valentín Campa, y en las puertas del penal de Lecumberri hacíamos mítines denunciando su injusto encarcelamiento por haber participado en el movimiento ferrocarrilero.

Ya para el mes de agosto el gobierno empezó a sacar toda su violencia y por el simple hecho de vernos pintando bardas, camiones, o incluso volanteando, nos balaceaban y de esta forma resultaron algunos compañeros heridos o muertos o incluso desaparecidos. La policía daba muestras de su desesperación por ahogar el movimiento estudiantil, que se empezaba a extender en grandes sectores de la población.

A pesar de la simpatía por el movimiento estudiantil, fueron pocos los sectores que abiertamente se adhirieron, al mismotiempo, pues había mucha represión al interior de los sindicatos y en general a toda la población y los medios de comunicación estaban totalmente cooptados por el gobierno, presentándonos como delincuentes o simples revoltosos, para desprestigiarnos. Desgraciadamente en México en esos tiempos había mucho control de la información y los ciudadanos no contaban más que de los medios públicos o los privados vendidos para informarse de lo que sucedía realmente.

Creo que esta fue una de las razones por las que no se logró consolidar la unión del pueblo con los estudiantes.

Hubo experiencias aisladas de pronunciamientos de unión con el movimiento estudiantil, como el del pueblo de Topilejo, cuando atropellaron a varios pobladores y el gobierno no tuvo la voluntad de hacer justicia, y al llegar los estudiantes de la UNAM, se unieron como protesta por la indiferencia de las autoridades a sus demandas de justicia.

También un sector de los petroleros específicamente la sección 35 de Azcapotzalco, se declaró simpatizante al movimiento estudiantil debido a que tenían hijos que habían sido reprimidos o simplemente eran estudiantes y participaban en el movimiento.

(Continuará).