Se realizó los días 12, 13 y 14 de Octubre en la Ciudad de la Plata, Buenos Aires.
Llueve torrencialmente y entre compañeras bromeamos: es el patriarcado que está llorando. Nos dirigimos a la Ciudad de La Plata, Capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, donde nos encontraremos con miles y miles más. Ahí transcurrirá durante tres días el 34vo. Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binarxs. Las plazas se inundarán de fiesta, de debates, de feria. Las universidades y edificios públicos brotarán de preguntas, discusiones y diversas temáticas que nos interpelan. Las calles se verán inundadas- real y metafóricamente- de una marea multicolor de todas las edades, puntos cardinales, gustos, orientaciones, formas de vivir los feminismos.
Este 34vo encuentro se da en un contexto particular: en menos de dos meses Argentina despide al presidente Mauricio Macri, quien encabezó un gobierno conformado por los empresarios y oligarcas varones cis blancos heterosexuales que se enriquecieron a costa del pueblo durante la última dictadura cívico-religiosa-militar en los  ́70 y durante el gobierno neoliberal de Carlos Menem en los  ́90. Dentro de sus políticas y medidas de ajuste y de odio dirigidas a los sectores populares, trabajadorxs, migrantxs, etc. Sobresalen aquellas que afectaron directamente a las mujeres y las disidencias sexuales: el presupuesto para combatir la violencia de género se redujo hasta ser hoy en $11 por mujer, lo que equivale devaluación mediante a menos de veinte centavos de dólar, la ley de interrupción legal del embarazo fue rechazada en la cámara de Senadores, manejada por el partido de gobierno, a pesar de las dos millones de personas que se hicieron oír denunciando las muertes por abortos clandestinos y exigiendo la posibilidad de elegir sobre sus cuerpos, aumentó la criminalización del movimiento LGTBIQ como en el caso de Mariana Gómez, procesada por besarse con su compañera en una estación de tren. Y sin embargo, a pesar del ajuste neoliberal y de la represión, el movimiento feminista, la ola verde, ha sido durante estos cuatro años de gobierno macrista el movimiento más dinámico, combativo, transversal y creativo en sus formas de hacer, de visibilizar, de interpelar y de luchar.
Durante el Encuentro se realizaron alrededor de 100 talleres con temáticas diversas: feminicidios, debate entre trabajo y explotación sexual, aborto, desbloqueo de emociones, educación sexual integral, lesbianismo, entre otras. Se instaló en las intersecciones céntricas una Peatonal Feminista, donde cada organización, colectivo, podía poner su stand y compartir sus saberes, materiales e ideas. Festivales y actividades callejeras abundaron durante los tres días. Y la frutilla del postre: una marcha que recorrió gran parte de la ciudad ocupando alrededor de 20 cuadras, en un collage de brillos, pañuelos verdes y consignas de lucha.
Los Encuentros, como solemos llamarlos amorosamente, se inauguraron en el año 1986. Un millar de mujeres decidieron que todos los años se reunirían en diferentes lugares del país para debatir su situación de discriminación y desigualdad que ya en ese momento se percibía. Esta iniciativa dio vuelta al país aun en los momentos más difíciles del mismo, donde las mujeres encontraron un punto de organización y de lucha en estos conclaves. El Encuentro anterior que se realizó en La Plata- la misma ciudad sede de este año- fue en el 2001, año de la crisis que marcó un antes y un después en Argentina. En ese entonces, como ahora, los debates y reivindicaciones no solo se ocupaban de la preocupación que originó los encuentros sino, que se profundizaron llegando a enlazar feminismos, anticapitalismo y anticolonialismo, como tres ejes desde los cuales dar pelea al ascenso de proyectos neoliberales, fascistas, transhomolesbofóbicos, que se expresaron en el último tiempo en todo NuestraAmérica.
En ese sentido, hubo dos disputas que fueron trazas de fuego en esta edición del Encuentro: lo plurinacional y lo disidente. Si bien cada año y en cada localidad que el Encuentro se realiza, se expresan con relativa libertad la participación de personas que autoperciben de diversas formas, de las disidencias sexuales y de los diferentes pueblos originarios que conforman el territorio en el que vivimos; desde hace varios años se exige que esto se vea visibilizado en el nombre oficial del Encuentro. Es decir, que ya no sea Encuentro Nacional de Mujeres, sino que adopte el nombre que pugnó durante toda la jornada por parte de la mayor parte de lxs participantes (se habla de 500.000 en esta oportunidad), que sería Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binarxs. Esto que puede parecer un detalle, debe entenderse en el marco de la lucha que están llevando las compañeras de pueblos originarios, como las disidencias sexuales, contra la criminalización de sus cuerpos-territorios, dentro y fuera de los feminismos, pero sobre todo como blanco de políticas normalizadoras, occidentalistas y conservadoras.
Para las que luchamos por un feminismo popular, anticapitalistas y antimperialista, no hay otra forma de construir si no es con todxs, por eso, en el acto de Cierre del Encuentro, donde se decidió que el próximo sería en la Provincia de San Luis y se despidió la gran participación en esta edición, se gritó a viva voz que era Plurinacional y de las Disidencias.
Durante todo el Encuentro y en especial en la marcha, muchas canciones hicieron de banda de sonido: “Poder popular, luchar con la compañera le gusta a usted, y ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer”, “Somos las nietas de todas las brujas que nunca pudiste quemar”, “Si el Papa fuera mujer el aborto sería ley”. Pero hay una que representa bastante bien el sentimiento que recorre hace años los feministas que hacen de perspectiva a la construcción política que se viene proponiendo desde el movimiento. En tiempos donde somos las mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binarixs lxs que encabezan y protagonizan las mayores luchas en el continente; en momentos donde Nuestra América se levanta y dice Ya Basta a proyectos de destrucción y muerte; en una etapa que pareciera inaugurarse con insurrecciones populares desde abajo, es necesario otra forma de hacer política, de pensar estratégicamente el poder y las relaciones sociales que queremos parir en el mañana, guiándonos por los feminismos que tienen mucho para enseñar. “Nos tiene miedo porque no tenemos miedo, y el miedo que arda”. Y sí el miedo, está ardiendo, igual que nuestros corazones.
Natacha. Movimiento Siembra. Argentina