La siguiente reseña nos muestra que aunque hay derechos que fueron conquistados hace más de un siglo, mientras la clase obrera carezca de una organización propia y una conciencia de lucha, esos derechos serán desconocidos y pisoteados por la clase capitalista con ayuda por supuesto de sus líderes charros.

Era el año 2008, quien esto escribe había pasado por una lucha sindical en la CD de México, (Industrial Vallejo para ser más exactos), y buscando otro empleo donde no hubiera mucha investigación para evitar las listas negras que tienen los patrones, llegué a Ecatepec, Estado de México.

Era una fábrica de muebles cerámicos y de inmediato noté el contraste con las fábricas en las que había trabajado anteriormente. Condiciones insalubres, maquinaria muy antigua, instalaciones poco seguras. La mayor parte del trabajo era manual y físico y muchos trabajadores estaban contratados por outsourcing.

La mayor parte de los derechos laborales eran pisoteados, incluso aquellos que por sentido común -como es la jornada de 8 horas- también eran pisoteados. En vez de las 8 horas tenían tarifas de producción que deberían cubrir y no terminaba la jornada hasta que cubrieran esa producción.

Estas condiciones nos parecían de verdadera esclavitud.

¿Sindicato? Claro, un sindicato más que charro, totalmente patronal o blanco, que sirve a las mil maravillas para mantener esta situación.

En esas condiciones ocurrió un suceso que cimbró a toda la fábrica. ¡Un trabajador muere electrocutado en una línea de producción húmeda! La gota que derramó el vaso acabó de caer. Gran indignación, tristeza, coraje corre por la fábrica. 

Los pocos trabajadores que habíamos discutido la necesidad y posibilidad de organizarnos entendimos que no podíamos permanecer callados.

Fue así que iniciamos la publicación de un boletín que pareció ser un manifiesto con el grito de: ¡Ya basta!

La exigencia central: ¡Jornada de ocho horas ya! ¡Desaparición del outsourcing!

Verdaderas condiciones de seguridad laboral en toda fábrica.

Este boletín tuvo el mérito de unificar la protesta. En cada departamento se leía y lo veíamos pegado en uno u otro lado de la fábrica. Los trabajadores exigían a los delegados las demandas que ahí se expresaban y otras más.

Capitalistas y su sindicato patronal entendieron que estaban a punto de ser rebasados, e iniciaron reuniones con todos los delegados.

Resultado: se acuerda que ningún trabajador podrá ser obligado a trabajar más de 8 horas.

Desaparece la contratación por outsourcing o por medio de contratistas. Y serán revisadas todas condiciones de seguridad en cada departamento.

Hubo satisfacción en la base, y aquel grupo que habíamos iniciado la protesta con la publicación del boletín, nos apuntamos un primer golpe a la sobreexplotación patronal.

Esta y muchas otras experiencias nos muestran que no es suficiente con que las conquistas obreras estén en el papel y con sellos oficiales. Siempre faltará la fuerza que da organización y la lucha para hacer no solo que se cumplan realmente, sino para transformar toda la realidad que vivimos como clase obrera.

Círculo Revuelta Obrera.

A cinco años de la desaparición forzada de los 43 Normalistas de Ayotzinapa

¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!