La lucha de l@s trabajador@s mexicn@s, no es ni pura ni libertaria, pero es una lucha importante que se mezcla con una gran tradición de sectorizar los movimientos. Pero ¿qué estamos viviendo ahora? El neoliberalismo ha golpeado en el mundo a la clase obrera, la ha reconfigurado. El trabajador enfrenta a nivel mundial la fuerza del capital global que rebasa fronteras; siempre las ha rebasado, pero ahora lo hace descarada y se impone sobre los estados y los gobiernos.

Acaso porque la clase obrera está en letargo ¿no hay luchas? Sí las hay. Los movimientos intentan romper el mundo estrecho del trabajo dentro de una empresa o institución y vincularse con el conjunto del pueblo trabajador. ¿Cómo hacerlo? En muchos lados del mundo se están creando desde cuadrillas autónomas, cooperativas, cajas de ahorro, grupos de lucha que van más allá del gremialismo y del sindicalismo corporativizado. Hoy con la pandemia en Chile, Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil hay formas de resistencia que rompen las barreras tradicionales de decir, hasta aquí, está la clase obrera. Los jóvenes, las mujeres y los campesinos están actuando con Concejos, cabildos, pueblos, parlamentos autónomos, comunas.

Hay en el origen de la lucha de los trabajadores, toda una forma de resistencia que aprende a usar su poder en la medida que va sometiendo a las direcciones formales de la clase obrera.

En México, los trabajadores pasaron de aliados a una situación de sujeción que llegó hasta los ochenta con De la Madrid y Salinas, y que con la vigencia del neoliberalismo pasó a ser de sometimiento, con contrapesos y dispersión. Múltiples centrales y destrucción de contratos bilaterales y de la estabilidad relativa que se había logrado en los periodos llamados de desarrollo estabilizador. El tema se volvió otro porque se está cooptando a mucha gente de las direcciones; la independencia, la soberanía de los trabajadores se ha perdido a partir de grupos amplios del charrismo y neo-charrismo, que se anticipan con la maña adquirida ante una promesa de reforma laboral que dice que, ahora sí, superará a las Juntas de Conciliación y Arbitraje, que habrá inspecciones fabriles y que habrá libertad sindical. Hay muchas luchas dispersas a las que se opone la capacidad de los charros vinculados, si no al gobierno sí a las empresas, adelantando en fechas ilegales la revisión de contratos y estatutos para seguir siendo ellos los que mastiquen el alimento que les dan las reformas.

La situación descrita se está poniendo a prueba con el modo de golpe de “palo y zanahoria” que se ofreció, por ejemplo, a los compañeros de las maquilas de la frontera norte; 20% de aumento a los salarios mínimos y desconocimiento de los salarios contractuales, reconocimiento de algún sindicato y represión de varios sindicatos. Este gobierno está actuando muy diferente de lo que pone en el papel y aun en el papel hay restricciones enormes.

¿Quién hizo la última reforma laboral? Ahora ya no son los contrapesos, ahora es una especie de unidad en donde el PAN, el PRD, el papá de la actual secretaria del Trabajo, Alcaide, han metido medidas laborales por cuestiones que les afectan a los empresarios o al gobierno, reformas, procedimientos y políticas para evitar los conflictos obrero patronales. Es hora de ampliar la resistencia y ganar la iniciativa.