German Sanchez Daza

En lo particular, para comentar en esta ocasión, me intereso hacer una lectura del estado y el poder. A partir de exponer en el segundo apartado que el estado es el conjunto de estructuras que posibilitan la dominación (y la explotación) del conjunto social por una clase: la clase dominante. A lo largo de los textos se podrá encontrar cómo ese estado se concreta en diversas relaciones e instituciones; haciendo las diferencias pertinentes entre gobiernos y estados. De manera clara y sucinta se podrá encontrar una exposición del tránsito histórico de ese estado, enfatizando en los cambios de los estados nacionales y su “pérdida”, subordinación, de capacidad ante el capital trasnacional y sus organismos financieros.
En este recuento, a partir de las leyes de acumulación y competencia se puede estudiar la tesis de que se trata del Estado mayor de la burguesía, en tanto representa el interés general de la burguesía, pero al mismo tiempo, explica, las contradicciones en el interior de a clase dominante conduce a la constitución de un sector hegemónico, explicando cómo en el capitalismo contemporáneo está conformado por los capitales financiero-monopolista.
Uriel acota que el poder del estado es el ejercido por el sector hegemónico, a través de la constitución del bloque en el poder, conformado por los personeros de los sectores de punta de la economía, o los representantes más reconocidos de la ideología dominante. Cuando se habla de Estado, de gobierno, simplemente se señalan aparatos o mecanismos sociales establecidos para el control de la lucha de clases y queda en la sombra su composición, quiénes son los que personifican estos instrumentos políticos y dirigentes sindicales.
Se hace un análisis de la composición de los poderes democráticos: ejecutivo, legislativo y judicial
Nos recuerda que la hegemonía-dominación se ejerce por el consenso y la represión. El consenso, la legitimación del poder, lo desmenuza a partir de los mismos determinantes productivos y las formas específicas que adquirió la lucha de clases con el fordismo. Resalta el papel de los medios de comunicación, de la publicidad, y del progreso, identificado por el incremento del consumo. 163. El consenso se esfumó con el neoliberalismo. La situación actual muestra en estado de franca descomposición, sin fuerza social, sin fuerza moral. Lo único que tiene es el monopolio de la violencia. Violencia que ejerce, con el pretexto de la guerra contra el narco, arremeter y contener los posibles brotes de descontento ante la población civil y garantizar la explotación del país a un capitalismo voraz, depredador incapaz de generar empleos de crear mercado interno, expulsor de la fuerza de trabajo... La pérdida de consenso y el ejercicio de la violencia, son las dos caras de una medalla que, en el marco de una descomposición evidente de las estructuras se muestra como síntomas de una crisis política en potencia, crisis que los explotados ya no quieren y los explotadores ya no pueden mantener dominación. 114
*Comentario en la presentación del libro “Capital depredador y rebelión” de José Uriel Aréchiga Viramontes en la Facultad de Economía, BUAP.