La derecha fascista que representa la podredumbre del capitalismo en el mundo y en México en particular, actúa con nuevos bríos mediante un embate directo contra el pueblo organizado con una estrategía de represión sistematica, que encarcela y asesina a luchadorxs sociales, periodistas y defensorxs de los derecho humanos.

Según la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, de diciembre del año pasado hasta agosto de este año iban quince periodistas y veinticuatro defensores de derechos humanos asesinados en México. Recordemos las muertes en este año de los luchadores sociales Samir Flores, integrante de la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos, miembro del Congreso Nacional Indígena, David Domingo Alonso y Marcelino Pedro Rojas, ex integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores, Julián Cortés Flores también de la policía comunitaria, el locutor radial Telésforo Santiago Enríquez en Oaxaca, José Lucio Bartolo Faustino y Modesto Verales Sebastián, miembros del Congreso Nacional Indígena en Guerrero entre otros tantos que han osado denunciar o rebelarse contra el sistema de opresión, depredación y muerte de este sistema. También recordemos a los presoss, como un ejemplo Miguel Peralta un anarquista miembro de la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán de Flores Magón de Oaxaca que en octubre del 2018 fue sentenciado a 50 años de cárcel por una falsa acusación de asesinato.

Además se echa a andar la maquinaria del estado en ocasiones para hacer invisible los actos de represión, guardando silencio en sus medios de difusión, en otros casos para justificarlos. Mas no sólo eso, sino que por todos los canales (fascistas) hacen llamados para que se actue contra los y las que operan según ellos “fuera de la ley”, llámense Policía Comunitaria en Guerrero, Zapatistas en Chiapas, Ambientalistas, Feministas y Anarquistas en la Ciudad de México, Maestros de la CNTE, despedidos del sector gobierno, estudiantes, etc. y que alteran el “orden establecido” por el capitalismo.

Sin embargo, a la derecha fascista le duelen terriblemente los triunfos que tiene el pueblo por muy pequeños que sean, y se le quedan incrustados cual estacas. Por ello hace campañas gigantes y vuelca todo su aparato para denostarlos y desprestigiarlos. Un ejemplo: la Nueva Reforma Educativa que tanto en la constitución como en las leyes secundarias es parecida a la Reforma Peñista y que mantienen su carácter neoliberal contrario a los derechos de los trabajadores y de la educación pública, pero sólo por algunos atisbos de cambios referentes a la permanencia de los profesores que no estará ligada a algún tipo de evaluación, a la admisión de los profesores egresados de las normales públicas y de la UPN además a la participación del sindicato, no en la asignación de plazas, sino en la vigilancia para que no se vulneren los derechos de los trabajadores de la educación. Ante tal logro, la derecha fascista ha desatado una campaña en contra de estos cambios arrebatados con la lucha de los profesores organizados en la CNTE y la dignidad de las bases magiseriales, asi como contra esa organización. Los fascistas empresarios, medios y políticos, no quieren que quede ni una pizca de los derechos laborales de los profesores ni que haya un resquicio de una educación diferente a la dictada por los organismos capitalistas supranacionales.

Otro ejemplo es lo referente a la muerte del explotador y asesino de obreros Eugenio Garza Sada en 1973 por parte de una célula de la organización revolucionaria “Liga Comunista 23 de septiembre”. El historiador Pedro Salmerón, ex director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México llamó “jóvenes valientes” a los que decidieron luchar desde las guerrillas, situación que causó escozor entre la derecha y nuevamente se lanzó una campaña mediática, contra Salmerón y contra la organización de los “delincuentes” que asesinaron a aquel “gran empresario”.

Lo descrito son solo ejemplos del actuar de la derecha fascista, los medios libres, las organizaciones sociales, los defensores de los derechos humanos y de todos los que luchan por un mundo libre de la explotación y la opresión, tienen el deber de desenmascarar al capitalismo y a la derecha fascista que lo representa y reivindicar todos los triunfos del pueblo organizado por pequeños que sean, los cuales por medio de la articulación pueden llevar a un gran triunfo que destruya el capitalismo, el patriarcado y cualquier forma de dominación.