Daniel Viglietti, el cantautor de Nuestra América nacido en Uruguay, falleció el 30 de octubre de 2017 en Montevideo. Entre las incontables anécdotas de su comprometida trayectoria, está su intervención política y musical dentro del penal del Buen Pastor, en Córdoba, Argentina, en 1975. Allí, mientras las prisioneras preparaban la fuga que se concretó el 24 de mayo de 1975, Daniel cantó. La anécdota está relatada en el Capítulo “Las 26 del 24” en el libro Los Cheguevaristas, la Estrella Roja del Cordobazo a la Revolución Sandinista (Abel Bohoslavsky, Imago Mundi, Buenos Aires, 2016). La transcribimos.

En aquellas difíciles condiciones de prisión y en una situación política contradictoria, en la que el imperio del terror estatal se combinaba con una precaria semilegalidad, las prisioneras consiguieron una reivindicación impensada. Uno de esos días, llegó a la cárcel nada menos que el cantautor uruguayo Daniel Viglietti, perseguido en su propio país por la dictadura implantada desde junio de 1973. El trovador oriental ya había estado con anterioridad en Córdoba.

Recuerdo su presencia en 1971 en una actividad de solidaridad con los obreros de FIAT Concord y Materfer, organizados en los sindicatos clasistas SITRAC y SITRAM que se hizo en el barrio de Ferreyra, donde están esas plantas automotrices.

Viglietti regresó a Córdoba muchos años después y en un recital que dio en 2009 en lo que hoy es el Museo del Cabildo, entre canción y canción, recordó su paso por el Buen Pastor en aquel lejano 1975:

“. . . esos recuerdos y nos contamos tantas cosas. . . le conté una de las visitas a Córdoba y la experiencia muy intensa que yo viví.
Fui invitado fuera de las actuaciones que habían convocado en ese día, a ir cantar a la prisión del Buen Pastor, a la cárcel del Buen Pastor, donde había un buen número de presas políticas. La verdad fue sorprendente para mí, pero me lo dijo alguien de mucha confianza, ya no recuerdo quién ahora, y fui con confianza a eso.
Tampoco estábamos seguros de que se pudiera hacer o no, había una semiautorización de un folklorista. . . y bueno, una historia.
Ahí llegué y empecé frente a un grupo de compañeras a cantar algunas canciones, no recuerdo todo exactamente, supongo que empecé con algunas más folclóricas pero de a poquito fuimos entrando en clima, hasta esta que es una canción que venía de una realidad tan vecina a la de ustedes acá. . . .”

Viglietti la reconoce a Cristina (Salvarezza), la nombra y dice que en el homenaje está presente la madre de una de las prisioneras fugadas, que tiempo después fue desaparecida. Cristina le señala a su lado a Emilia Villares de D’Ambra, la mamá de Alicia Raquel D’Ambra, quien después de liberada fue secuestrada y desaparecida el 13 de julio de 1976. El trovador entona aquella canción Muchachas con estos versos1:
las muchachas de mirada clara, las de cabello corto o largo, las que salieron en los diarios y en las pantallas, tantas de las que no sabemos los nombres, pero las nombramos, primavera; pero las vemos, compañeras; pero les decimos mujeres enteras; pero les
gritamos, guerrilleras.
1 Viglietti envió posteriormente una carta a las fugitivas en ocasión de un nuevo homenaje, cuando la piqueta demoledora oficial, destruyó una parte de la cárcel Buen Pastor para convertirla en un shopping. Véase anexo I.

Anexo I

Daniel Viglietti, el trovador uruguayo con las presas del Buen Pastor

El gobierno de la Provincia de Córdoba decidió destruir parte del edificio histórico donde funcionó la cárcel del Buen Pastor y donde nacieron bebés que fueron robados durante la dictadura. Se lo convirtió en un shopping. Un grupo de ex prisioneras que se opuso a la demolición, bregó infatigablemente para dejar huellas y señales de la memoria que intentó ser borrada por las piquetas demoledoras de la historia oficial. En defensa de nuestra historia, las fugitivas lograron reinstalar la antigua reja, baldosas y textos en memoria de las
prisioneras desaparecidas. Cristina invitó al acto al trovador Daniel Viglietti, que no pudo estar presente, pero envió su ¡presente! por escrito. Aquí el intercambio:

De Cristina a Daniel, 27 de junio de 2011

... después de mucho andar y de negarnos la puesta de una reja original en la ex cárcel de mujeres ¡¡¡por fin lo logramos!!! El Archivo Provincial de la Memoria pondrá LA REJA y nosotras las ex presas y las familias de las compañeras desaparecidas, pondremos BALDOSAS. De esta manera señalaremos a este shoping como cárcel, empezaremos a escribir la verdadera historia, la nuestra. Las mismas tendrán textos de sus pensamientos. También incluiremos a otra etapa posterior a la fuga, como cárcel clandestina donde funcionó una maternidad. Allí nació el nieto de la presidenta de Abuelas Córdoba. Así la gente que visita el lugar y los jóvenes tendrán idea que hay otra historia que escuchar... Por eso te escribo en nombre de las familias y compañeras para preguntarte si podrías venir al acto. El mismo será el 22 de julio a las 15 horas. Solo queremos que estés y si tenés ganas nos cantes Muchachas.

Repuesta de Daniel desde Montevideo, 22 de julio de 2011
Queridas fugadas y queridos familiares de fugadas, de detenidos-desaparecidos y de todos aquellos cordobeses y cordobesas enamorados de lo libertario y lo digno del ser humano. No pudiendo, por razones de trabajo, estar junto a ustedes como era mi deseo, les mando un abrazo desde el Uruguay de José Artigas y del Bebe Sendic, con la fuerte emoción de haber visto la película que me entregaron ustedes en Buenos Aires, y de haber rememorado aquella etapa de tanta energía y tanta luz en las conciencias.

En realidad, tengo que contarles que la canción «Muchacha», me nació allá por el 71 o el 72, después de ver una foto de una luchadora en los diarios, en Montevideo. No es necesario decir quién era ni su nacionalidad ni su línea política, porque Ernesto Che Guevara, ese imborrable rosarino, nos enseñó otra idea de patria y de fronteras. La canté mucho en Argentina y cuando visité aquella cárcel en Córdoba, tras un concierto que había dado en la ciudad, también se la canté allí a aquel grupo de presas políticas que, lúcidas y valientes, con los apoyos de la tribu de afuera, tras la tocata emprenderían más tarde la fuga, y que me perdonen Bach y ustedes, por mencionar todo esto sin guitarra en mano. Muchachas que sufrieron, hasta en las vidas nuevas que algunas estaban gestando. Como que no hay parto sin dolor en estas luchas por cambiar la vida. Alguna vez ya lo dije: son ustedes, madres, hermanas, hijas de la revolución, son ustedes el gobierno ético de nuestras repúblicas. Entre otros valores, porque nunca se fugaron de la lealtad a los principios.
Las muchachas, ahora sí en plural; las muchachas de mirada clara, las de cabello corto o largo, las que salieron en los diarios y en las pantallas, tantas de las que no sabemos los nombres, pero las nombramos, primavera; pero las vemos, compañeras; pero les decimos mujeres enteras; pero les gritamos, guerrilleras.

Salú y esperanza a todas y a todos. Hasta siempre.
Daniel Viglietti.