1968, dicen, fue nuestro  parteaguas.
Pero, ante la lluvia de derrotas acumuladas
por la tradición de una izquierda
que temía hacer honor a su gracia,
las aguas fueron separadas.
¿Por la vara que mides
serás medido?
El general Clausewits golpeó la mesa:
"La estrategia se mide por sus resultados".

Una muchacha izada sobre los hombros de su enamorado,
levanta el puño  y grita:
La revolución  no se mide se hace...
El eco del grito llega como algarabía de mirlos
a una ventana helada de Buenos Aires
y Juan Gelman escribe:

"No se trata de decir la revolución
sino de hacer la revolución".



Ricardo Antonio Landa,  3 de  octubre de 2020. (Para  Uriel, nuestro Pepe).