Joseph Daher.

El 13 de agosto los Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Israel firmaron un acuerdo de paz bajo la égida de los Estados Unidos que profundiza aún más el proceso de normalización del estado de apartheid, colonial y racista.

Una delegación estadounidense-israelí, encabezada por el yerno del presidente Trump y asesor de la Casa Blanca, Jared Kushner, voló desde el aeropuerto de Tel Aviv al aeropuerto de Abu Dhabi a principios de septiembre, para llevar a cabo dos días de debates sobre seguridad, comercio, cooperación científica, turismo y trámites de visado para futuros viajeros.

Una novedad en el Golfo.
Los Emiratos Árabes Unidos son el primer país entre las monarquías del Golfo en normalizar las relaciones con Israel y el tercer país árabe en hacerlo, después de Egipto y Jordania. Sin embargo, este acuerdo no es una sorpresa, ya que los dos estados han mantenido lazos (cada vez menos) informales durante años. Israel, por ejemplo, ha echado una mano con los sistemas de vigilancia emiratíes, como Falcon Eye, un sistema civil de vigilancia masiva en Abu Dhabi instalado por una empresa israelí. Emiratos Árabes Unidos fue también el país árabe más entusiasta con el llamado “plan de paz” de Trump, apodado “el acuerdo del siglo”, a pesar de la desaprobación y el rechazo de la abrumadora mayoría de las y los palestinos. La Liga de Estados Árabes se distinguió por su falta de reacción y no condenó el acuerdo israelí-emiratí. Arabia Saudita y Bahrein han aceptado que los aviones israelíes sobrevuelen su territorio para llegar a los Emiratos.

Algunas monarquías del Golfo, como Arabia Saudita, Bahrein y Qatar también han mantenido contactos con Israel desde la década de 1990 por intereses económicos y de seguridad pero también, algunas, debido a una hostilidad común hacia el República Islámica de Irán y la negativa a democratizar la región. Qatar, por ejemplo, fue sede de una oficina comercial israelí de 1996 a 2000 y no oculta sus contactos con Israel.

Bahrein sigue el movimiento.
El ministro de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, Mike Pompeo, intentó, tras el acuerdo del 13 de agosto, convencer a otros países de la región de que siguieran el ejemplo de los emiratíes en su gira por Oriente Medio que lo llevó a Sudán, Bahrein y Omán. De hecho, este acuerdo es utilizado por el presidente Trump durante la campaña de las elecciones presidenciales para demostrar éxitos en política exterior.

Por el momento, y después de una negativa inicial, solo la monarquía de Bahrein ha establecido un acuerdo de normalización similar con el Estado de Israel el 11 de septiembre de 2020. Bahrein ya había acogido la conferencia en la que se anunciaba el componente económico del llamado “acuerdo del siglo” en junio de 2019, y no ha ocultado desde entonces su apoyo a esta iniciativa diplomática. En mayo de 2018, las autoridades de Bahrein habían afirmado el “derecho de Israel a defenderse “, tras los ataques israelíes contra las posiciones iraníes En Siria. El dictador egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, elogió un acuerdo “histórico” y un paso importante para la estabilidad y la paz “que permitirá encontrar una solución justa y permanente a la causa palestina”.

Integración económica.
El reino saudí por su parte ha expresado su rechazo por el momento a cualquier forma de normalización con Israel sin un arreglo previo de la cuestión palestina, pero sin criticar el acuerdo de su aliado emiratí con Israel. Riad no desea normalizar directa y oficialmente sus relaciones con Tel Aviv por temor a alimentar las protestas dentro de su población y para tratar de mantener una imagen de líder de las “potencias musulmanas”.

Este proceso de normalización también es un medio para fortalecer la integración económica del Estado de Israel en el seno de Medio Oriente. Durante los últimos 20 años, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha afirmado haber ayudado a más de 500 empresas israelíes que deseaban comerciar con los países del Golfo, lo que ha generado millones de dólares en contratos, pero todas estas transacciones se llevaron a cabo en secreto y con ciertos obstáculos. Ahora que el camino está abierto, Israel puede estar interesado en los recursos de hidrocarburos de los EAU mientras que los Emiratos están preparados para invertir en los sectores de turismo y alta tecnología en Israel. Todo un símbolo, tras el acuerdo Abu Dhabi también ha derogado una ley de hace 48 años sobre el boicot a Israel.

Rechazar la normalización.
Como reacción a esta formalización con gran pompa de las relaciones entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, se han producido protestas en los territorios palestinos ocupados para denunciar este acuerdo y rechazar el proceso de normalización con el Estado de Israel.

Estos nuevos procesos de normalización confirman la necesidad de vincular el tema de la liberación de Palestina y sus clases populares con la liberación y emancipación de las clases populares de la región frente a sus clases dominantes, así como los diversos imperialismos, en particular Estados Unidos y Rusia, y las fuerzas regionales.

Rechacemos este nuevo proceso de normalización del apartheid, el estado colonial y racista de Israel que involucra a los principales actores de la contrarrevolución en la región, como los Emiratos Árabes Unidos, y otros a seguir, afirmando nuestra solidaridad internacionalista con la causa palestina y los levantamientos populares en la región.

https://npa2009.org/actualite/international/renforcement-du-processus-de-normalisation-disrael-apres-laccord-avec-les
Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

tomado de:
https://vientosur.info/fortalecimiento-del-proceso-de-normalizacion-de-israel-tras-el-acuerdo-con-los-emiratos-arabes-unidos/