Boletín Jubilad@s en lucha, abril de 2020

 

La pandemia COVID-19 pone al descubierto el colapso de los sistemas de salud, desde antes de la contingencia en México, también en otros países, a causa de las políticas neoliberales impuestas por el sistema capitalista que ve a la salud como una mercancía, un negocio rentable.

Durante más de 30 años de desmantelamiento de los servicios médicos, los trabajadores de la salud hemos realizado muchas movilizaciones y denuncias a todos los niveles, sin embargo nos hemos enfrentado a la indiferencia de las autoridades en turno, en complicidad con las dirigencias sindicales corruptas, sin una respuesta favorable, en cambio hemos sido reprimidos con despidos, con la pérdida de derechos sindicales para quienes levantan la voz. La lucha ha sido y es por la defensa de derechos laborales legítimos, pero también por la Seguridad Social y el fortalecimiento integral del sistema de salud.

Se han realizado grandes movilizaciones e impulsado formas de organización por centro de trabajo, categoría y coordinaciones para defender las conquistas laborales, no solo de los trabajadores de la salud, sino de toda la clase trabajadora, a la que el Estado y el capital financiero despojaron de una pensión digna, al modificar el sistema pensionario con la creación de las AFORE en 1997. Envalentonada la patronal y el gobierno federal y con la complicidad del charrismo, dieron más golpes a los sectores de trabajadores que contaban con un sistema de jubilaciones en su contrato colectivo de trabajo, tales como os trabajadores del Seguro Social en 2004, los trabajadores del Estado en 2007 cuando se modificó la ley del ISSSTE, a los telefonistas, a los de CFE, etc.

En el caso de los trabajadores del Seguro Social, en la vía de los hechos no se cumple el contrato colectivo de trabajo en cuanto a: la contratación de personal (más de 80 mil plazas faltantes), no hay capacitación, no se dota al personal con material y equipo; la mayoría de los trabajadores ante las carencias compran su material para trabajar (baumanómetros, tijeras, termómetros, equipo para cirugías, hilo para suturas, computadora etc.). Imponiéndose esta realidad como una costumbre.

Tampoco mejoran las condiciones de trabajo del personal que está sometido a jornadas muy intensas y con mucho estrés, que va mermando su salud, agregando que las comisiones mixtas de seguridad e higuiene en el trabajo no han funcionado en años, y como consecuencia está en alto riesgo la vida y salud de los trabajadores. Además de los bajos salarios que no alcanzan para vivir, obligando a los trabajadores a trabajar más c o n g u a r d i a s ampliándose la jornada a 16 horas continuas, otros tienen otro empleo u algún pequeño negocio. Por lo tanto, hay un gran deterioro y precarización en los mismos trabajadores que ahora la pandemia los pone en la primera línea de combate y la enfrentan en desventaja en todos los sentidos.

Los sistemas de salud, están colapsados por este proceso continuo de desmantelamiento al no dar el presupuesto suficiente para que puedan funcionar brindando un servicio de salud, realmente de calidad y oportuno. Las enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, la hipertensión, el cáncer, etc. no han sido prevenidas oportunamente, porque no se lo permiten las condiciones laborales de la población son de una explotación extrema de la fuerza de trabajo, mucho menos con el salario miserable que se les paga, mientras las instituciones no cuentan con los recursos suficientes ni programan un seguimiento a estas enfermedades para por lo menos a frenarlas, mucho menos para su prevención.

Estamos frente a una pandemia que ha colapsado los servicios de salud en otros países, que estaban mejor equipados que el nuestro, ¿qué va pasar en México? Esta es la gran preocupación que tienen en los trabajadores del Sector Salud y es por eso que han salido a las calles a manifestar y a decir a la población: “me comprometo a trabajar por el bien de tu salud en momentos muy difíciles, pero no tengo material; no hay cubre bocas, material que me permita no contagiarme, porque yo también tengo familia, y además no tengo la capacitación adecuada”. Y los directivos, la mayoría de escritorio no dan salida a toda esta inquietud y preocupación solo dicen que están por llegar los insumos. Es criminal que expongan a los trabajadores en estas condiciones de desabasto cuando los pacientes ya están llegado a los hospitales portadores del coronavirus y, ante la falta de pruebas, solo registran como “Neumonía” Atípica, eso es lo que están denunciando los trabajadores movilizados.

Las y los jubilados en lucha nos solidarizamos con su movimiento, el cual es totalmente legítimo y que también es el nuestro. La lucha no termina aquí: la pandemia puede pasar con su caudal de muertes y daños, pero después de la crisis no puede mantenerse un sistema de salud dominado por el capitalismo salvaje, el pueblo trabajador tiene que tomar la salud en sus manos.